El jurado ha querido reconocer con este premio la proyección de la artista así como la frescura y la originalidad del proyecto. Destaca, además, el apoyo que la galería presta a jóvenes creadoras.

Lo que importaba estaba en la línea, no en el extremo es la primera individual de Grau en esta galería. En ella, la artista propone un proyecto que parte de la señalética de senderos según la tipología de las rutas, las cuales se clasifican en rojo/amarillo/verde en función de la distancia.

La exposición transforma el espacio de la galería en un territorio sobre el que se suceden y yuxtaponen tres recorridos geográficos y temporales, cada cual asociado a un color: rojo (28-05/13-06), amarillo (16-06/27-06) y verde (30-06/17-06).

La obra se construye a partir de elementos comunes a todas las etapas cromáticas: pintura mural, pintura sobre piezas de 10×15 cm sobre madera-metal-piedra, y fotografías realizadas con el motivo de la señalética en el contexto del paisaje.

Con todo ello se irá componiendo una estructura de disposición espacial a la manera de una variación: tres etapas cromáticas que van yuxtaponiéndose y expandiéndose en el espacio según las experiencias del que aprende a observar un orden en el caos de un paisaje.