De pequeño quería ser pintor o artista. Así fue como se encargó de los figurines de Sucedió en Damasco (1943) y de otras películas de López Rubio, hasta que Luis García Berlanga le ofreció un pequeño papel en Esa pareja feliz. Desde que en 1957 rodara Los jueves, milagro, también con Berlanga y, sobre todo, un año después, con El pisito, de Marco Ferreri, su popularidad no paró de crecer. López Vázquez conservó siempre su faceta artística, diseñaba corbatas y hasta fue el autor del logotipo de Festivales de España.

En su filmografía se encuentra gran parte de lo mejor del cine español del siglo XX. Con Berlanga rodó Plácido, El verdugo o La trilogía nacional, con Carlos Saura, La prima Angélica o Pippermint Frappé; Atraco a las tres, de José María Forqué; Mi querida señorita, de Armiñán o La cabina, de Antonio Mercero.

La última película que rodó fue a las órdenes de Antonio Mercero, ¿Y tú quién eres? En el teatro su última aparición fue en 2004 con la obra Tres hombres y un destino.

La capilla ardiente del actor se instalará mañana martes a las tres de la tarde en el Teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional.