Bajo el subtítulo «el descubrimiento del mundo a través de los viajeros del mundo”, el libro trata sobre esos hombres y mujeres que lo dejaron todo en pos de lo desconocido en un tiempo en el que los mapas no representaban la verdad de la geografía.

Formado en Filología y profesor de Literatura, Pérez-Muelas recuerda que el hombre viajó por necesidad en los albores de la historia. Su supervivencia dependía de ello. Salió a la sabana, al campo abierto, y dejó atrás los árboles, el refugio de un tiempo pasado. Solo de esta forma cambió el paradigma y reinó sobre el planeta. Inspeccionó el medio a su alrededor, se atrevió a atravesar enormes territorios en busca de comida. Hizo de los caminos su hogar y conquistó todos los continentes: «El éxito de nuestra especie se basó en la capacidad de viajar, de extender el anhelo de conocimiento hacia tierras ignotas. El ser humano aprendió a serlo viajando, desde sus primeros pasos, en el centro de África, hasta la huella de Buzz Aldrin en el suelo lunar».

La expresión Homo viator acompaña a la cultura universal desde sus inicios y se presenta en dos direcciones: por un lado, la de entender la vida como un viaje; por otro, la de hacer del viaje una forma de vida.

A lo largo del texto y de la mano, entre otros, de Urbano Monti –geógrafo del siglo XVI y artífice de un visionario planisferio–, no solo cruzaremos los más salvajes y exóticos territorios, sino que visitaremos también las salas de los principales museos y bibliotecas, guardianes de la memoria literaria y cartográfica de las expediciones que, a lo largo de los siglos, han ido ampliando nuestro horizonte, expandiendo nuestra representación del mundo.

Inmerso en un viaje de viajes, el lector seguirá los avatares de cientos de exploradores, de Marco Polo a Ibn Battuta, de Colón el navegante al cosmonauta Gagarin… Nómadas incurables, gloriosos descubridores y malhadados aventureros que se perdieron sin alcanzar jamás su destino, pero cuyas derrotas, sin embargo, condensan el más puro anhelo de conocimiento y superación. Porque somos los lugares en los que hemos estado; nada más humano que viajar.

Como confiesa el autor: «La idea de escribir este libro, en el confluyen miles de caminos, surgió en una cafetería de vía Zamboni, en Bolonia. Se trataba de saldar una cuenta pendiente con los viajes y las ciudades que me han acogido a lo largo de mi vida. Contemplando el ir y venir incesante de turistas y estudiantes por las calles rosadas, se iluminó en mí un libro que aspirase a reunir todos los viajeros leídos y emulados. En Ferrara me había comprado unos cuadernos donde anotar anécdotas de mi ruta, una especie de bitácora para no olvidar el perfil de una plaza o el gesto de un transeúnte. Emborroné las primeras páginas con destinos posibles y sin darme cuenta llené una decena de páginas con lugares y viajeros sobre los que escribir. El resto es un ejercicio de memoria, propia y ajena».

El resultado es un ensayo tan ameno como documentado, plagado de descubrimientos que hacen bueno aquello de que viajar no es llegar, sino estar yendo (leyendo en este caso).

Homo viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros. Pepe Pérez-Muelas. 456 páginas. Rústica: 24,95 euros. eBook: 11,99 euros.

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