Una comadrona como voz central del relato. «En Finlandia», explica la propia autora, «aunque creo que sucedía lo mismo en todo el mundo antes de que la medicina estuviera más desarrollada, las comadronas tenían la vida y la muerte en sus manos. Eran consideradas como pequeñas brujas. Eran respetadas y temidas al mismo tiempo».

Fiordo del Hombre Muerto

Laponia, 1944, allí donde la geografía toma el nombre del fiordo del Hombre Muerto llegan los ecos de la terrible guerra que asola el continente. En ese rincón inhóspito del norte de Finlandia toma cuerpo la existencia de la comadrona, una mujer por la que fluye la sangre de un padre comunista salvajemente represaliado.

Desde su infancia vive aislada de una sociedad que la desprecia. «Soy una pobre partera sin educación, insignificante y de alma burda». Pero su mundo sufre un vuelco cuando un enigmático oficial alemán de las SS la descubre con un cordón umbilical entre los dientes: es la primera vez que alguien la mira de verdad.

Se sabe que el amor incondicional, entregado, es ciego por naturaleza y puede surgir en las más adversas circunstancias, en los escenarios más irracionales. Pero surge y cuando lo hace, como en el caso de esta mujer, la pasión la impulsa a seguir al amado hasta el campo de prisioneros al que ha sido enviado, y más allá.

Motivos y objetivos

«Hace diez años leí las cartas escritas por mi abuela durante la Segunda Guerra Mundial», recuerda la escritora. «Me impactaron mucho. Aunque eran tiempos de guerra tenía una gran fortaleza. Me gustó mucho cómo veía la vida, cómo buscaba el amor. Esas cartas estaban llenas de pasión. Quería escribir sobre ese amor. Mis dos abuelas estuvieron en la guerra. Una se recuperó y la otra enloqueció. Sus hijos sufrieron las consecuencias. Cuando era una niña no sabía que esa tragedia era por culpa de la guerra».

«Mi objetivo en La comadrona era contar que la guerra hiere a todo el mundo. Quería mostrar cómo los niños, las mujeres, los prisioneros, los soldados desaparecen en ella. De hecho, el periodo histórico elegido no es tan importante como las cuestiones morales que surgen -cómo decidir lo que está bien, hasta qué punto las decisiones que uno toma afectan sólo a su propia vida-. La guerra es un espacio de tiempo en el que la persona pierde su facultad de decidir, su libertad y, en muchas ocasiones, lo pierde todo».

Desde su publicación en Escandinavia, La comadrona ha cosechado distintos premios, como el Kalevi Jäntti, el Book Bloggers y el Runeberg, cuyo Jurado destacó: «Estamos ante una gran novela. Una historia de amor aderezada con una pizca de realismo mágico y puñados de durísimas verdades… Kettu sirve un plato de entrañas bien caliente: aterrador y fascinante».

La autora

Katja Kettu, que se describe a sí misma como «humorista de la desgracia», nació en 1978 en Finlandia. Tras unos años de formación como directora de animación en Tallin, Moscú y Londres, recaló de nuevo en Helsinki.

Artista multidisciplinar: además de su quehacer literario dirige vídeos musicales, canta en el grupo punk Confusa, enseña guion y es habitual colaboradora en las páginas culturales de los principales periódicos de su país. La comadrona es su cuarta novela publicada. Está en marcha su adaptación teatral y cinematográfica.

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La comadrona

Katja Kettu
Traducción de Dulce Fernández Anguita
Alfaguara
416 páginas
Precio: 19 euros
E-book: 9,99