Esta semana, 175 años después, la Comunidad de Madrid autorizó la extracción de la caja, que se había detectado recientemente con motivo de las obras municipales en dicha plaza, y ayer se procedió a su apertura en el Museo Arqueológico Regional, situado en Alcalá de Henares, cuna de Cervantes, sacando a la luz este tesoro que ha dormido ajeno al ajetreo de los madrileños durante cerca de dos siglos.

El vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, comprobó hoy en el museo el contenido de la cápsula, un cofre de plomo herméticamente sellado y que guardaba objetos relacionados con el homenaje a Cervantes y el contexto histórico en que fue erigida la estatua.

Sistema de conservación

Los restauradores del Laboratorio del Museo Arqueológico Regional procedieron ayer a la primera exploración de la cápsula del tiempo. Tras separar la tapa de la caja exterior de plomo, se apreció que ésta contenía en su interior otra caja minuciosamente encajada de vidrio en un óptimo estado de conservación.

A primera vista, y a través de la tapa de cristal de esta segunda caja, se pudo observar superficialmente algunos de los contenidos: entre ellos, un envoltorio de papel donde –casualmente– se podía leer la línea “el jueves a las cinco de la tarde”, dentro de unas recomendaciones de ocio de un periódico de la época.

Los técnicos procedieron al levantamiento de la caja interior sin mayor dificultad y a la apertura de la misma mediante un sistema de bisagra en el lateral. La primera comprobación al abrir la urna fue que los contenidos de la caja, en su mayoría de papel, habían sido impregnados originalmente con un químico tóxico en prevención del posible desarrollo de insectos y microorganismos. Este producto aún impregna los contenidos de la cápsula, dotándolos de cierta humedad, despidiendo un fuerte olor e implicando riesgo de toxicidad si fueran objeto de exposición pública.

Sin embargo, tanto la cuidada estructura formada por las cajas de plomo y vidrio, como la utilización de este químico, han favorecido que los contenidos de la cápsula se presenten a día de hoy en un excelente estado de conservación.

Inventario completo

Tras realizar un primer análisis del contenido, los arqueólogos de la Comunidad de Madrid han identificado los siguientes elementos:

Diario de Aviso de Madrid de 1834, que envuelve un libro calendario manual y guías de forasteros para el año 1834 (Imprenta Real).
– Cuatro tomos de El Quijote del año 1819 (Edición de la Imprenta Real y de la Real Academia).
Estatuto Real para las Cortes del Reino.
Libro de la vida del General Mina.
– Un manuscrito envuelto en papel de trapo.
– Libro de la vida de Cervantes.
– Ocho pequeños paquetes envueltos en papel.
– Dos libros envueltos y lacrados.
– Papel enrollado con textura de trapo que envuelve seis láminas del año 1831 con diversos retratos, entre ellos, uno de Isabel II niña y de don Manuel Martínez Varela, que fue el mecenas que costeó el monumento.
– Ejemplares de la Gaceta de Madrid.