1. Smoke + Mirrors, de Imagine dragons

Uno de los discos con más carácter publicados en los últimos meses, con el que la banda de Las Vegas demuestra que tiene un enorme potencial aún por descubrir. Ya con su primer álbum, Night Visions, consiguieron enamorar al planeta y recoger numerosos premios, entre los que se encuentran cinco Billboard como Mejor Grupo, Mejor Artista Hot 100, Rock, Mejor Álbum Rock y Mejor Canción por Radioactive, que se convirtió en la canción digital rock más vendida de la historia en Estados Unidos.

Energía y originalidad en temas que crean ambiente y que son capaces de conquistar a todo tipo de públicos. Shots y I Bet my life, por ejemplo, son dos de las canciones de Smoke + Mirrors que pueden escucharse en la playa, en una fiesta con amigos o haciendo deporte. Enamoran.

2. Natalie Prass de Natalie Prass

La artista del momento. Su disco debut, publicado en enero pasado con la ayuda de su compañero de la infancia Mathew E. White (y su sello Spacebomb), ha sido una de las grandes sorpresas del año. Un álbum de pop con nueve canciones que surgieron a partir de una ruptura sentimental.

Sus interesantes y bellas orquestaciones, unidas a la aterciopelada voz de Prass, hacen que te entregues a ella nada más sonar My Baby don’t understand me, el tema encargado de abrir el disco. Con Bird of Prey continúa el ensimismamiento por esta artista de Richmond, Virginia, y para cuando termina It is you (todo un descubrimiento) ya deseas volver a poner el disco. Por cierto, apunten las fechas. Estará en Madrid el 25 de agosto en la Sala Siroco y en Barcelona un día después en la sala Sidecar.

3. Currents, de Tame Impala

Hace menos de un mes, Tame Impala sorprendía con la publicación de su último álbum, Currents, el tercero de su carrera. Sofisticado y psicodélico, como la banda de Australia tiende a hacer su música, consigue aportar frescura a la escena musical mientras recuerda a la vez la sonoridad de los 70 y 90 en temas como The less I know the Better, New person, old mistakes o Disciples. La banda desarrolla así un género en cierto modo olvidado al que contribuye en gran parte la envolvente voz de Kevin Parker. Cause I’m a man es uno de los grandes temas del disco.

4. The pale emperor de Marilyn Manson

Es verdad que The pale emperor (El emperador pálido), el noveno disco de Marilyn Manson, se aleja del Manson más conocido y con ello del rock industrial para volver a un rock más de esencia e incluso al blues.

Con una unidad conceptual palpable, es verdad que en él no hay transgresión y lejos parece quedarse la doble moral y la ambigüedad a la que nos tenía acostumbrados en épocas pasadas. Sin embargo, un disco así le coloca en una nueva posición positiva. En ella, Manson manifiesta una evolución y un gusto musical profundamente refinado. Así, su apertura deja ver un disco lleno de temas interesantes, quizás más comerciales, pero llenos de punch y de bellas construcciones y texturas.

5. Carrie & Lowell de Sufjan Stevens

Una auténtica delicia. Carrie & Lowell, el retorno discográfico de Sufjan Stevens tras The Age Of Adz, un disco más electrónico, devuelve al de Detroit más folk gracias a 11 temas desnudos, íntimos y personales. Hay quien lo ha descrito como “un viaje autobiográfico lleno de soledad, fe, depresión y relaciones disfuncionales”, y es cierto, pero a la vez es una invitación al oyente a estar consigo mismo, a disfrutar de la música sin pretensiones, cuidada. Un regalo.

El verano es también un buen momento para revisar discos anteriores. De Sufjan es necesario volver a Michigan, el primero de su ambicioso proyecto de crear 50 álbumes con temática de cada uno de los estados de Estados Unidos. El segundo de este proyecto fue Illinois y ambos contienen numerosas referencias a personalidades y a hechos conmemorativos.

El cantautor estadounidense pasará a finales de septiembre por Barcelona y Madrid, y para esta última cita ya están agotadas todas las entradas desde hace semanas. Música para disfrutar en soledad, con el sol de la playa o de la montaña pegándote en la cara. Talento y sensibilidad.

6. Scandale de Alice Sara-Ott y Francesco Tristano

Con este álbum, la pianista germano-japonesa y el pianista luxemburgués rinden homenaje a Serguéi Diaghilev, una de las figuras más carismáticas y fundamentales de la danza rusa. Así, en él interpretan a dúo algunos de los ballets con los que el empresario cosechaba un éxito tras otro mientras creaba las condiciones para el arte revolucionario.

El álbum, publicado por Deutsche Grammophon, hace un recorrido por obras de Debussy, Ravel o Igor Stravinski. Melodías que todo el mundo asocia a los dibujos aéreos de tantos y tantos ballets ahora plasmados en dos teclados. Originalidad, juventud. Virtuosismo y carisma. Una propuesta diferente para acercarse a la música clásica, para renovar sensaciones y ver atardeceres.

7. The Magic Whip de Blur

Qué notición dieron los ingleses a mediados de febrero al confirmar que publicarían un nuevo disco en abril: el octavo de su carrera y el primero en 12 años. El álbum, titulado The Magic Whip, tiene 12 canciones que muestran cómo han crecido desde ese Britpop inicial. Existe una forma mucho más evolucionada de hacer música y así lo confirman sus juegos de texturas, sus guitarras sucias o sus acompañamientos envolventes. Pop y reflexión combinados a la perfección. Madurez.

En The Magic Whip se nota, por supuesto, la mano de Damon Alban, que después de su etapa con Gorillaz y su tiempo en solitario se ha convertido en un artista del que no debe perderse ni un pestañeo. Ojalá este álbum no sea fruto sólo del azar que les dejó varados en Asia en medio de una gira de conciertos y la banda se decida a continuar una apuesta común. Cualquier hora de un día de agosto es buena para ponerse al día con ellos.

8. Perfect animal, de Becca Stevens

Otra de las voces femeninas más interesantes que han saltado a la escena independiente en los últimos tiempos. La estadounidense se consolida con su último trabajo, Perfect Animal, como una artista capaz de hacer un personal e inusual jazz. Entre el folk de los indios Apalache de Carolina del Norte (su tierra natal) y la música africana occidental, su voz se revela inspiradora y fresca.

Acompañada de una banda, Stevens se muestra, además, como una compositora nata en temas como 105, JAC o Thinkin’ Bout You, en los que a base de una serie de juegos melódicos de voz y de capas instrumentales sencillas e íntimas consigue cautivar a público, crítica y colegas a partes iguales. El disco incluye también versiones únicas de temas de Frank Ocean, Usher y Steve Winwood y ella misma ha colaborado con éxito en otros de José James, Ambrose Akinmusire y Billy Childs.

9. Vigorexia Emocional, de Pablo Und Destruktion

Qué valiente es el asturiano Pablo García Díaz (Gijón, 1984). Y qué talento creativo. Punk, folk, psicodelia y tonada. El músico, después de haberse autoeditado su primer álbum y haber grabado el segundo con Discos humeantes, ha fichado este año por Marxophone para publicar Vigorexia Emocional y la chispa ha saltado.

Si temas como Limonov o Powder habían logrado cautivar a los cazadores de rarezas musicales, ahora temas como Ganas de arder o Mis animales revuelven a cualquiera en el asiento. Primero, por la poderosa energía que desprenden, después porque musicalmente crecen y crecen con las escuchas y luego porque esas letras calan, se clavan y golpean como si estuviéramos en plena performance existencial. Entre medias, teatro en plena escena. Intensidad. Saber decir.

10. Coming Home, de Leon Bridges

El verano es suyo. Leon Bridges es rhythm and blues puro. También soul (en términos absolutos), y magia. Adquirió popularidad entre fans y críticos en EE.UU. con su single Coming Home, una canción que estrenó en octubre en el destacado site musical Gorilla-Vs-Bear y que luego se popularizó a través del boca a boca y varias críticas positivas.

Su primer disco llegaría a finales del pasado junio con una portada homenaje al Twistin’ The Night Away del reconocido Sam Cooke, con quien la crítica no ha dejado de compararle. Suena Smooth Sailin’ y los hombros se mueven solos, suena Better man o Lisa Sawyer y viajamos a otras épocas. Sonreímos. Justo a tiempo para disfrutar del verano hasta que el músico de Texas actúe en España por primera vez. Será el 19 de septiembre en la sala La Riviera de Madrid y el 20 del mismo mes en la sala Bikini de Barcelona.