Corría el año 1939 cuando un judío aficionado al jazz, de nombre Alfred Lion, que había huido unos años antes de la Alemania nazi, consiguió fundar el sello y llevar a las tiendas las primeras referencias de una discográfica que pronto sería legendaria. Para hacerse una idea de su grandeza baste citar que bajo su nombre salieron a la luz trabajos cimeros de Thelonius Monk, Sonny Rollins, Herbie Hancock, Horace Silver, Eric Dolphy o Wayne Shorter. Casi nada.

Confeccionar un listado de sus imprescindibles que abarquen estas ocho décadas daría para llenar más de una estantería. Cuesta elegir 20, 10 o cinco; así que lo haremos aún más difícil y elegiremos solo uno para celebrar este cumpleaños. Se trata de un disco que tiene -como reza su título- «algo más». Hablamos del Somehin’ else, grabado en 1958 bajo el liderazgo del saxo alto Julian ‘Cannonball’ Adderley, que no era precisamente un hombre del sello, y con Miles Davis, que tampoco grababa para Blue Note, haciendo en esta ocasión de alucinante músico de sesión. Dos músicos pues bastante ajenos a la discográfica entregando en 1958, sin embargo, una de las joyas de su colección.

Detrás de esa portada negra que concede todo el protagonismo a la tipografía en tres colores, hay cinco temas que son cinco gemas del género, especialmente la primera, Autumn leaves. Miles y Adderley contribuyeron más que nadie a que esta composición escrita la década anterior por Joseph Kosma se convirtiera en un estándar y en uno de los temas fetiche de los directos del trompetista.

Elegancia y lirismo de muchos quilates. Una delicia para escuchar en bucle, incluso si no te gusta especialmente el jazz.