Llevábamos demasiado tiempo sin noticias musicales de él más allá de alguna noticia buena, caso de sus fabulosas memorias hace tres años o su colaboración con la banda The Roots; y alguna mala, como lo fue la cancelación, el verano pasado, de una gira por Europa para extirpar un tumor pillado a tiempo. En cualquier caso, decíamos, demasiados años de ausencia para un señor laboral y creativamente tan disciplinado y atento con sus seguidores.

Hace unos meses nos dio una alegría cuando se anunció que ya tenía lista una docena de nuevas canciones grabadas con The Imposters. La alegría devino en fiesta cuando pudimos escucharlas. No solo estaba en forma. Estaba listo para subir al podio. Si Look now lo hubiera firmado un debutante refinado y tardío, no habría revista, web o enterado que no nos recordara durante meses que estábamos ante uno de los mejores discos de 2018. Pero es la obra de un tipo que hace años que cumplió los sesenta y que suma más de una treintena de trabajos desde que en 1977 se diera a conocer con su primer y acelerado álbum, epítome de la nueva ola británica.

Cuatro décadas después y habiendo tocado casi todos los palos de la música popular, a Costello no le queda sino repetirse un poco pero bendita repetición si el modelo a seguir es su preciosa colaboración con Burt Bacharach Painted from Memory de 1998. En Look now, Bacharach (en mayo 91 años), ese Mozart con pajarita y Dry Martini, solo aporta sus refinadas melodías en tres temas pero su espíritu, en forma de elegantes coros, detalles, estribillos y arreglos, impregna del primer al último surco de esta maravilla. Sirva de ejemplo la delicada Don’t look now.