El Mirador Romántico fue construido en 1836 por el administrador de la finca del Generalife, Jaime Traverso, responsable de las posesiones de los marqueses de Campotejar desde 1823. La arquitectura y la disposición del inmueble contrasta con la arquitectura nazarí más cercana del Generalife, y más aún si se compara este mirador romántico con el de Lindaraja en el Palacio de los Leones.

Aún así, este edificio, situado al final de la Escalera de Agua, se adapta al entorno ya que se encuentra rodeado por románticos jardines que nada tienen que ver con las huertas nazaríes. En alguna ocasión se ha planteado la posibilidad de que bajo este espacio pudiera haber un oratorio musulmán, aunque es algo difícil de corroborar sin los datos de excavaciones arqueológicas.

De gran valor paisajístico, el Mirador Romántico ofrece al visitante unas vistas únicas de la ciudad y del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife. Es interesante destacar que en el siglo XIX se construyera un mirador neogótico en vez de neoárabe en un entorno como la Alhambra.