las fallas3Con este título se reconoce que las Fallas son una tradición única, una fiesta que involucra a miles de valencianos y supone una fuente de creatividad colectiva que mantiene vivas prácticas tradicionales valencianas a través del tiempo. Los valores estéticos de la fiesta y sus rituales heredados de generación en generación se suman a otros dos bienes de la ciudad de Valencia, la Lonja de la Seda y el Tribunal de las Aguas, reconocidos por la UNESCO en 1996 y en 2009, respectivamente.

En ella, la creatividad es el elemento sobre el que giran todas las creaciones artesanales que participan en su manifestación material: elaboración de “la falla”, diseño de las joyas elaboradas por los orfebres, elección de diseños para los tejidos de la indumentaria, elaboración de los peinados, fabricación de abanicos y bordados, confección de grandes cestas de flores para la ofrenda, composición de la conjunción de luz y color en las manifestaciones pirotécnicas o fabricación por los luthiers de instrumentos autóctonos.

Además, esta fiesta incorpora valores estéticos y formales que favorecen la expresión de una multiplicidad de estilos creativos procedentes de diferentes tradiciones culturales, que convierten a Las Fallas en un escaparate creativo de primer orden. Para festejar el reconocimiento, la Junta Central Fallera ha organizado diversos actos. El domingo, 4 de diciembre, habrá una recepción oficial a las 17.00 h en el Palau de la Generalitat, y a las 18.30 h una Crida especial de la Humanitat, un espectáculo piromusical con luces y la Cremà de la Falla, frente a las Torres de Serranos.

Tradición fallera

fallas5Las fiestas de Las Fallas nacen en Valencia en el siglo XVIII. Su origen se remonta a la antigua tradición de los carpinteros de Valencia, en vísperas de la fiesta de su patrón San José, quemaban frente a sus talleres, en las calles y plazas públicas, los trastos viejos e inservibles junto con las piezas de madera que empleaban para elevar los candiles que les iluminaban mientras trabajaban en los meses de invierno.

A mitad del siglo XIX se empiezan a celebrar Fallas en Xàtiva, Sueca, Gandia, Alzira y Torrent. Actualmente, esta fiesta se celebra en más de 160 municipios valencianos gracias a unas 800 comisiones falleras que participan en las mismas, reuniendo activamente a 200.000 falleros. Pero también se celebra en otros municipios fuera de la Comunidad Valenciana (Barcelona o Mallorca), así como en otros países (Argentina).

Durante unos días del mes de marzo, las Fallas convierten la ciudad de Valencia en un museo de arte efímero para celebrar la llegada de la primavera. Sátira, ironía y humor se alían para hacer reír a carcajadas de la economía, la sociedad y la política mundial.

Los famosos ‘ninots’ son muñecos de dimensiones desproporcionadas que pueden llegar a formar monumentos de más de 20 metros de altura y alrededor de 60 metros de diámetro. Estos conjuntos reciben el nombre de “falla” y en la ciudad llegan a plantarse más de 400, además de otras 400 infantiles, para reducirse a cenizas el 19 de marzo bajo el fuego purificador.

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España, cuarto país del mundo

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial es el instrumento jurídico internacional que trata de dar respuesta a las posibles amenazas sobre este patrimonio derivados de los procesos de mundialización y de las transformaciones sociales que continuamente estamos viviendo.

España ratificó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en 2006 y desde entonces se ha llevado a cabo un trabajo muy activo con el resultado de 11 manifestaciones inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial y tres proyectos inscritos en el Registro de buenas prácticas de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, convirtiéndose de esta manera, en el cuarto país con más elementos reconocidos.

Pero ¿qué es el patrimonio inmaterial? La respuesta está en las diferentes expresiones que está alcanzando la definición de “Patrimonio Cultural” en las últimas décadas. El patrimonio cultural ya no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende tanto tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.

Así, la Convención define el patrimonio cultural inmaterial como: “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se trasmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad”.

Además, la Convención establece tres listas: la Lista del Patrimonio Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad y el Registro de buenas prácticas de salvaguardia.

Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Registro de programas, proyectos y actividades para la salvaguardia del patrimonio que reflejan del modo más adecuado los principios y objetivos de la Convención