Investigadores como el Dr. Leakey, Schaller y, sobre todo, el magnífico trabajo de campo de Dian Fossey han contribuido a la creación de los parques nacionales que permiten conservar estos bosques de montaña de singular belleza.

arte_natural_gorila_montaa_2

Dos tercios del área protegida quedan en la República Democrática del Congo, formando el Parque Nacional de los Virunga; 12.000 hectáreas de territorio protegido pertenecen a Ruanda, constituyendo el Parque Nacional de los Volcanes, y una pequeña área en Uganda recibe el nombre de Santuario de los Gorilas de Kigezi. La región habitada por los gorilas tiene aproximadamente 40 kilómetros de largo y un ancho variable de 10-20 kilómetros.

Este primate antropomorfo es una subespecie de gorila (Gorilla gorilla beringei) y sus diferencias anatómicas se deben a su adaptación a la altitud. Tiene el pelo más largo, ventanas de la nariz más dilatadas, más circunferencia pectoral, cresta sagital más profunda, brazos más cortos y pies más cortos y anchos.

arte_natural_gorila_montaa_1

Es un animal herbívoro y el 86% de su dieta está formada hojas, tallos y brotes de vegetación como cardos, ortigas y apios que crecen con profusión en estos bosques bañados por la niebla. Aproximadamente el 40% de su jornada la pasan en reposo, un 30% alimentándose y otro 30% viajando o bien comiendo y viajando a la vez.

Visitar a estos animales en su hábitat, además de ser una experiencia excitante e inolvidable, contribuye a su necesaria supervivencia. Como otras muchas especies animales, mantiene un frágil equilibrio con el ser humano por el avance de la deforestación. La superpoblación y la pobreza de estos países africanos hacen que las laderas de estos volcanes se vean como una codiciada fuente de alimento. Sus tierras fértiles se utilizan para el cultivo de patatas, judías, guisantes y maíz. También se usan para el cultivo del Pelitre (Pyrethrum cinerarifolium), planta de la que se extrae un insecticida que se vende en los mercados europeos. Además, a esto hay que añadir la presión del ganado vacuno que compite por la masa vegetal con gorilas y otros animales del parque, como búfalos y duikers.

arte_natural_gorila_montaa_4

El grupo de gorilas objeto de nuestra visita vivía en las laderas del monte Sabinio (3.645 m), uno de los volcanes orientales de parque y el más antiguo. Su nombre en swahili significa “padre de los dientes”, por las cinco talladas y desiguales crestas de su cumbre. Mientras caminábamos hacia él su imagen se nos mostraba majestuosa y misteriosa a la vez. Según avanzábamos, el bosque se hacía más denso y el camino en algunos puntos se convertía en simples escalones de barro arcilloso que gracias a la ayuda de los guías conseguíamos pasar con alguna que otra dificultad.

Los “pisteros” nos precedían siguiendo las huellas dejadas por los gorilas y abrían paso con sus machetes. Atravesamos densos bosques de Hypericum, pasando por quebradas con una profusa vegetación herbácea y extensas áreas de bambúes de una gran altura que filtraban los rayos solares.

Después de hora y media caminando se nos indicó que ya estábamos junto al grupo. Lentamente, y siempre formando un grupo compacto, fuimos pasando por un pasillo de vegetación abierto con los machetes y, al fin, allí estaba la familia de gorilas. El primer animal que divisamos era una hembra con una pequeña cría de cinco meses.

arte_natural_gorila_montaa_5

El pequeño nos miraba casi sin pestañear mientras se agarraba fuertemente a los pelos de la tripa de su madre, que nos observaba tranquilamente mientras masticaba unas hojas de ortiga. Entonces se levantó y tuvimos que abrirle paso. Se dirigió hacia donde estaba el macho de dorso plateado junto con el resto de la familia. La familia la formaban cuatro hembras más con sus respectivas crías. En cuanto el macho se puso en movimiento, toda la familia le siguió, perdiéndose todos en el abismo verde que nos rodeaba.

arte_natural_gorila_montaa_6

Los pisteros y los guías, siempre delante de nosotros, les siguieron emitiendo, para tranquilizarlos, unas vocalizaciones parecidas a eructos. Estos sonidos sirven para contactar con grupos parcial o totalmente ocultos en la vegetación y son una forma de presentación e indican bienestar.

De nuevo nos reunimos con el grupo al completo. El macho, aunque estaba tranquilo, nos ignoraba dándonos la espalda. Sólo las hembras, mientras comían bambú, nos observaban con tanta atención y curiosidad como nosotros a ellas. Las crías jugaban colgándose de las lianas sin quitarnos la vista de encima y de vez en cuando, de forma torpe y aparatosa, caían al suelo bajo la atenta mirada del padre.

arte_natural_gorila_montaa_7

De forma generosa y paciente nos dejaron permanecer junto a ellos un buen rato, compartiendo un momento de sus vidas. Una vez más, el macho se levantó lentamente y toda la familia le siguió, desapareciendo definitivamente en la densa selva. Aquí finalizó nuestro intenso y emocionante encuentro con la familia de Hirwa.

Volviendo de camino al campamento, recorriendo aquel exuberante bosque, hogar de estos magníficos animales, te planteas la necesidad de hacer un esfuerzo colectivo para que toda esta belleza no desaparezca ante la vorágine depredadora del ser humano.

arte_natural_gorila_montaa_8

Estudios científicos demuestran que las zonas por donde pasan los gorilas tienen un crecimiento vegetal más denso y aceleran la regeneración de la vegetación herbácea. La existencia de estas masas forestales son necesarias para la captación de agua. El 10% de toda la lluvia que cae en Ruanda es recogida en los Virunga y liberada lentamente para regar las plataformas de las zonas bajas. Conservar este hábitat volcánico de 400.000 años de antigüedad es un reto que debemos asumir por la supervivencia de su fauna salvaje y, a la larga, la de la especie humana.