Hace ya unos años, Giger decidió hacerse un homenaje a sí mismo y a su propia obra cinematográfica, diseñando y construyendo un bar que reúne todos sus elementos imaginarios: Giger Bar, un local inspirado en los escenarios de sus películas de ciencia ficción, diseñado a base de esculturas de huesos, cráneos, esqueletos, jeroglíficos en el suelo y paredes, además de infinidad de detalles terroríficos. 

Giger Bar fue proyectado originalmente por su creador para Nueva York, pero por diversas circunstancias terminó construyéndolo en la localidad suiza de Chur (Coira), un trabajo en el que invirtió más de tres años, además de un importante desembolso económico.

Un gran esqueleto

Su estructura es la de un gran esqueleto realizado en fibra de vidrio ignífuga, con una capacidad aproximada de 70 plazas. La ambientación responde íntegramente a este concepto central, con diversas calaveras decorando las mesas, sillas y sillones con formas de esqueletos y un solo “alivio” en tan inquietante escenario, un amplio ventanal que permite ver la vida diaria de la bonita ciudad medieval de Chur, considerada como la más antigua de Suiza.

Pero lejos de producir terror en los clientes, el bar, que funciona todo el año, es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, un local que diariamente visitan una multitud de aficionados y frikis de la filmografía de Giger, que para conseguir una plaza deben hacer una reserva previa que en temporada alta de turismo supone varios días de espera.