Todas ellas merecen la pena, e incluso algunas merecerían por propio derecho un viaje a propósito sólo por el placer de disfrutarlas.

Tiziano, Tintoretto, Veronés: Rivalidades en Venecia, en el Louvre, París (www.louvre.fr). Hasta el 4 de enero.Si por esas maravillas que a uno le da la vida donde se encuentra usted actualmente es en París, apresúrese a visitar una exposición verdaderamente extraordinaria.que se encuentra en sus últimos días.

En el amplio y magníficamente bien iluminado vestíbulo situado bajo la moderna pirámide del Louvre se explora la rivalidad deslumbrante de los tres grandes virtuosos de la edad de oro de la pintura veneciana: Por una parte, el gran Tiziano, que en su categoría de «príncipe de los pintores» marca la pauta con sus excelentes armonías de color y sus ricos matices de fuego, profundidad y oros brillantes. Y enfrentados a él, sus dos rivales más jóvenes, Tintoretto y Veronés, siempre dispuestos a superarle.

De Durero a Gober: 101 Dibujos Maestros, en el Kunstmuseum de Basilea (www.kunstmuseumbasel.ch). Hasta el 24 de enero.

Una exposición dirigida más bien a los eruditos y estudiosos, pero que también resulta fascinante para los espectadores «de a pie». Dibujos, grabados e ilustraciones de libros seleccionados a través de un período de tiempo de unos 600 años que nos brinda un viaje desde algunos bocetos preparatorios de maestros como Holbein o Baldung creados en Borgoña en torno a 1400, hasta las más recientes páginas de los cuadernos de Cézanne, donde ya asistimos al nacimiento del mundo moderno.

1989: El Fin de la Historia o el comienzo del futuro en la Kunsthalle de Viena (www.kunsthallewien.au). Hasta el 7 de febrero.

Hasta hace 20 años a nadie se le hubiera ocurrido suponer que los regímenes dictatoriales de Europa del Este serían barridos, uno tras otro, gracias al poder de la protesta ciudadana masiva. Una exposición itinerante en la Kunsthalle de Viena conmemora el 20 aniversario del «annus mirabilis» de 1989 con una selección de piezas de vídeo. La caída del «Telón de Acero» fue, desde luego, algo más que un concepto histórico, ya que cambió la vida de millones de personas. Una muestra muy bien documentada, y para algunos controvertida, que ahonda en el legado social del comunismo.

Hendrik Avercamp: La Pequeña Edad de Hielo, en el Rijksmuseum, Ámsterdam (www.rijksmuseum.nl). Hasta el 10 de febrero.

Y si hemos empezado por París, ¿por qué no trasladarnos a Ámsterdam para captar el estado de ánimo de esta época del año con un pequeño pero encantador estudio de escenas de invierno de Hendrik Avercamp? Algo así como deslizarnos lado a lado a través de los congelados paisajes de los Países Bajos acompañados de sus habitantes del siglo XVII para ver a los caballeros finamente equipados jugando al golf en el hielo o los niños tirándose bolas de nieve unos a otros.

Botticelli, en el Städel Museum, Fráncfort, (www.staedelmuseum.de). Hasta el 28 de febrero.

La Navidad en Alemania es famosa por su encanto, sus árboles iluminados por la luz de las velas, sus figuras talladas en madera y su pan de jengibre escarchado. Pero este año han añadido a estos conocidos placeres algunas de las mejores y más queridas imágenes de la Virgen pintadas por el maestro Sandro Botticelli, reunidas en el Städel Museum de Fráncfort en una exposición única, imprescindible si le gusta el siglo XV florentino.

Más de 80 obras de este gran genio renacentista, procedentes de museos de todo el mundo, desde sus líricos retratos que modernizaron el género a través de figuras mitológicas como la famosa “Minerva”, que adornaba los dormitorios de los Medici, hasta las más devotas escenas religiosas. Otra exposición de Boticcelli de este nivel es probable que no vuelva a repetirse en muchos años.

100 Años, en P.S.1 Contemporary Art Center, Nueva York (www.ps1.org). Hasta el 5 de abril.

Si lo que de verdad le gusta son las artes escénicas, entonces debería ver lo que los mejores artistas de la performance han hecho a lo largo de los últimos cien años. El P.S.1. -las instalaciones más contemporáneas del MOMA de Nueva York- celebra el reciente centenario de la publicación del Manifiesto del Futurismo con una exposición que, rebuscando en sus archivos, documenta todo sobre el arte de la performance, desde las mujeres desnudas de Yves Klein hasta los famosos paint brushes de Yoko Ono.

Pero en fin, si todo esto le resulta demasiado raro o radical, siempre puede refugiarse en la nada desdeñable sede central del MOMA de toda la vida, con su estupenda exposición de Lirios acuáticos de Monet.

Volver al Barroco: De Caravaggio a Vantivelli, en el Museo de Duca di Martina, Nápoles (www.polomuseolenapolibeniculturali.it ). Hasta 11 de abril.

La luminosa ciudad de Nápoles ofrece un espléndido tour barroco por sus iglesias y monasterios, sus conventos, palacios y museos. Una especie de maratón del arte que lleva al visitante a través de seis exposiciones que abarcan los tres períodos principales de este movimiento artístico: la llegada de Caravaggio y el impacto que produjo en Nápoles (1606), la obra de Luigi Vanvitelli y Ferdinando Fuga en esta ciudad (1750) y el final del Barroco con la salida del rey Carlo VII de Nápoles y Sicilia para pasar a ser Carlos III de España (1759). Una espléndida visión de un mundo de triunfante esplendor y vívida opulencia.

Invitados de Honor, en el Museo Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona (www.mnac.cat). Hasta el 11 de abril.

El MNAC celebra su 75 cumpleaños con una exposición que habla de la grandeza de un patrimonio cultural distintivo. Un espectáculo impresionante con alrededor de 80 obras prestadas por museos de todo el mundo, así como por catedrales e iglesias locales, que traslada al espectador desde la Edad Media a la Edad Moderna, con piezas de todo tipo, desde elegantes obras maestras de la escultura románica, complejos retablos góticos o el mismísimo cubismo de Picasso.

Roma: La pintura del Imperio, en la Scuderie del Quirinale, Roma (www. scuderiequirinale.it). Hasta el 10 de junio.

Una sugestiva exposición que entre otros muchos importantes préstamos incluye unos brillantes y coloridos frescos, así como mosaicos y pinturas sobre arcilla, madera y cristal. Un magnífico espectáculo que incluye desde retratos procedentes de diseños de escenografías a imágenes eróticas y escenas de la vida cotidiana que abarcan  un período de más de 500 años, desde el año 49 a.C., cuando César se convirtió en el gobernante absoluto del imperio, hasta el período posterior a la muerte de Teodosio.