Y como ejemplo, cuatro terminales diseñadas por arquitectos de primer orden: Osaka, de Renzo Piano; el aeropuerto de Denver, de Curtis Fentress; el de Pudong (Shangai), diseñado por Paul Andréu; y Barajas, ideado por el ganador del Pritzker Richard Rogers.

Kansai-Osaka

El  aeropuerto internacional de Kansai-Osaka, inaugurado en 1994, ya de entrada está construido sobre una isla artificial de 4 kms. de largo por 1 de ancho en la bahía de Osaka, diseñada tomando en consideración los frecuentes terremotos y tifones que se producen en esa zona. De hecho, en 1995  la zona sufrió el terremoto de Kobe, con epicentro a tan sólo 20 km. y que se cobró la vida de casi 6.500 personas y, sin embargo, el aeropuerto soportó el movimiento sísmico sin daños, principalmente por el uso de empalmes deslizantes en su construcción. Incluso sus grandes ventanales no recibieron daño alguno. Tampoco en 1998 el aeropuerto tuvo problema alguno con un tifón con vientos de hasta 200 km/h.

Para llegar a la terminal es necesario cruzar un puente de 3 kilómetros de largo que conecta la isla artificial con tierra firme y que durante su construcción tuvo que superar tal cantidad de problemas que el proyecto está considerado como el trabajo de ingeniería civil más caro de la historia moderna.

El aeropuerto es un edificio de cuatro pisos diseñado por Renzo Piano. Es la terminal más larga del mundo, con 1,7 km de punta a punta, con un sofisticado sistema de transporte peatonal que traslada a los pasajeros de un extremo al otro. El techo fue diseñado con la forma del perfil de un ala de avión, que es aprovechada por su sistema de ventilación, ya que el aire es impulsado desde un lado de la terminal, y la curvatura del techo lo conduce al otro lado, en el sentido transversal, en el que es recogido.

Denver Internacional Airport

El Denver Internacional Airport (DIA), diseñado por Curtis Fentress, supone en opinión de sus creadores y defensores, “una experiencia única para los viajeros, gracias a los murales y suelos llenos de historia y diversidad”; aunque según muchos pasajeros  “es un lugar absolutamente extraño, donde uno se siente mal teniendo que contemplar las imágenes que muestran sus escalofriantes murales llenos de oscura simbología”.

El aeropuerto fue construido en 1995 sobre un terreno de138.000 km2, que obligó a mover una cantidad de tierra equivalente a un tercio de la que se necesitó excavar para construir el Canal de Panamá.

El suelo está terminado a base de piedras de granito importadas de todas partes del mundo y la superficie exterior e interior del techo está recubierta de teflón tejido con fibra óptica, un material que refleja el 90% de la luz del sol sin conducir el calor y permite ver dentro del aeropuerto por medio del radar y localizar las huellas de calor.

Pudong-Shanghai 

El aeropuerto de Pudong, en Shanghai, fue inaugurado el 1º de Octubre de 1999, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la República Popular de China. El diseño fue obra de una leyenda de la arquitectura francesa como es Paul Andréu, del paisajista Michel Desvignes y del iluminador Kersalé. Con su estructura monocromática, el aeropuerto parece casi sagrado. El suelo hecho de granito pulido gris refleja la estructura del tejado, en el que se intercalan largos cilindros blancos. Acoge cada año a más de ochenta millones de pasajeros y enlaza con el centro de Shanghai gracias a un tren que circula a una velocidad de 430 kilómetros por hora.

El francés Paul Andréu está considerado como uno de los arquitectos con mas conocimientos a nivel mundial en lo que a aeropuertos se refiere, habiendo trabajado en más de 40 proyectos, entre los que se incluyen, además del de Shangai, el de El Cairo, Bangkok, Osaka, Dubai, Yakarta y Brunei, siendo también el arquitecto de grandes obras como el Arco de la Defensa en París o la terminal francesa del Eurotunnel.

Barajas y su T4

La Terminal T4 Barajas (Madrid), proyectada Richard Rogers, se ha convertido en la mayor obra civil aeroportuaria de Europa de los últimos años. Han sido casi nueve años de trabajo y 6.200 millones de euros de inversión para que esta nueva terminal pueda acoger a 70 millones de pasajeros al año, una cifra sólo superada por Atlanta y Chicago, y algo por encima del londinense aeropuerto de Heathrow.

Compuesta por dos edificios principales, T4 y T4S (T4 Satélite), con una superficie de 785.000 m2, además de un aparcamiento y nuevas carreteras de acceso desde Madrid, cuenta con un servicio de tren sin conductor para el transporte de pasajeros entre los dos kilómetros que separan la T4 y la T4S, con capacidad para transportar 6.500 pasajeros por hora, que circula cada dos minutos y tarda 4 en terminar el recorrido.

Con 39 posiciones de contacto para aviones y más de 26 de acceso directo, el conjunto del proyecto se caracteriza por un estilo arquitectónico muy vanguardista, que ha recibido múltiples galardones internacionales, no solo por sus soluciones arquitectónicas sino por sus aportaciones en materia de ahorro energético, gracias a las estrategias de arquitectura bioclimática y de eficiencia energética utilizadas.

Richard Rogers, ganador de un Pritzker, ha sido autor de edificios tan  emblemáticos como el Centro George Ponpidou de París, en colaboración con Renzo Piano, una obra icono de una época y un estilo, el primer high tech de principios de los años 70, antes incluso de que Norman Foster y otros seguidores de su escuela se sintieran obligados a poner tuercas, tornillos, tirantes y formas tecnológicamente avanzadas a todo lo que diseñaban.