El director regresa a su mejor versión y nos instala de nuevo ante a una delicada filigrana. Cine de altos vuelos, de escasos diálogos, planos sostenidos y bellísimas secuencias sobre las que gravita una sutil melancolía.

(Puede incluso que haya para algunos y en algunas fases algo rayano con la sensiblería).

La historia, el profundo romance entre los dos adolescentes protagonistas, se enmarca en los años más crudos de la Revolución Cultural maoísta, una época que el director conoce bien (fue obligado a vivir tres años en el campo y a trabajar siete en una fábrica dentro de un programa de reeducación).

Ambiente gris

Rescatando aquel ambiente gris, la película nos acerca a Jing, una chica de ciudad, hija de un padre encarcelado por sus ideas, que es obligada a viajar a un alejado pueblo de la montaña para que sea evaluada su lealtad al régimen. Allí surgirá el «chica conoce a chico».

Él, Sun, hijo de un militar bien acomodado, es la otra mitad de este ejercicio sencillo, sensible e intenso. De la mano de ambos, (inolvidables actuaciones de los dos debutantes actores), y asumiendo que pueda resultar excesivamente dulce para algunos paladares, no duden en arriesgarse. Asistirán a una historia que no por repetida (amor límite y frustrado) conmueve muy, muy, adentro.

Amor bajo el espino blanco

Director: Zhang Yimou

Intérpretes: Zhou Dongyu, Dou Shawn, Xi Meijuan y Li Xuejian.

China / 2010 / 114 minutos