En ella se muestra un conjunto de 190 objetos de arte islámico que abarcan catorce siglos de historia desde la Península Ibérica hasta el Lejano Oriente. La muestra ha sido comisariada por Benoît Junod, director de Museos y Exposiciones del The Aga Khan Trust for Culture y ha contado con un comité científico constituido por expertos
internacionales. Tras su exhibición por vez primera en CaixaForum Madrid, viajará a Barcelona entre los meses de octubre de 2009 y enero de 2010.

Tópicos orientales

La muestra pretende cuestionar los tópicos actuales sobre la polaridad entre Oriente y Occidente, y acercar puntos de vista sobre la cultura musulmana, parte integral de la herencia histórica española. A través de obras de arte de distintas épocas y orígenes geográficos, la exposición refleja el esplendor de la cultura musulmana en toda su diversidad, poniendo de manifiesto el pluralismo del islam, tanto en las interpretaciones de la fe coránica como en la variedad de estilos, materiales y técnicas que forman sus expresiones artísticas.

Las obras proceden del The Aga Khan Trust for Culture (AKTC), que posee una de las mayores colecciones del mundo dedicadas al arte islámico, reunida por el Príncipe Aga Khan a lo largo de las dos últimas décadas, con piezas significativas y valiosas de la práctica totalidad de las dinastías históricas del mundo musulmán que permiten resumir, en madera, piedra, oro, bronce, marfil, vidrio, cerámica, tejido, pergamino y papel, los mejores logros artísticos del mundo islámico.

Nueva organización

En la actualidad, el AKTC lleva a cabo un proyecto para construir en la ciudad de Toronto (Canadá) un museo que albergue de forma permanente sus colecciones. Mientras, las obras se presentan en distintas ciudades del mundo. Para su exhibición en CaixaForum Madrid y CaixaForum Barcelona, se ha planteado una nueva organización de los fondos de la colección, teniendo en cuenta que se celebra en un país que ha tenido su propia cultura musulmana.

Entre las obras expuestas, destaca un rico grupo de manuscritos y miniaturas con representaciones figurativas que se hallan entre las mejores realizaciones no únicamente del ámbito islámico, sino del arte universal. Vienen a rebatir el difundido tópico de la prohibición de las imágenes en el arte islámico, pues si bien el islam no usa ningún motivo animal o humano en aquellos edificios u objetos relacionados con la esfera de lo religioso, sin embargo, en el ámbito civil, oficial o privado sí hubo representaciones de seres vivos y, a veces, con profusión. Se trata tan solo de una cuestión de preferencias estéticas y de momentos históricos.

Desde la Fe coránica

Los primeros seguidores del islam fueron tribus nómadas que carecían de tradición artística. Por ello, una de las características del arte islámico es su capacidad para fundir y sintetizar los principales rasgos del arte de los pueblos que conquistaron. Uniendo distintas influencias lograron crear un estilo artístico propio, fácilmente reconocible aún hoy en día.

Las obras expuestas se distribuyen a lo largo de tres grandes secciones. La parte central se ha denominado La fe coránica, y las otras dos proponen un recorrido cultural por las distintas cortes islámicas a través de la metáfora del viaje en dos etapas geográficas: De Córdoba a Damasco y De Bagdad a Delhi.