Billingham obtuvo reconocimiento internacional a principios de los 90 por las emotivas fotografías de su familia. Sin embargo, desde comienzos de la pasada década ha vuelto al paisaje, al principio en el extranjero y gradualmente cada vez más cerca de su casa. Sus últimas series han mostrado imágenes –fotografías y vídeos– de animales en los zoológicos de varias ciudades del mundo.

De la familia a Constable

En las series que ha desarrollado recientemente, Billingham retoma sus características y tempranas instantáneas de familia, centradas ahora en su hijo Walter, así como la exploración del paisaje, homenajeando ahora a destacados paisajistas como Constable.

En esta exposición se incluyen obras que retratan el paisaje británico, South Downs, Gower, Constable Country o Norfolk. Se trata de imágenes en blanco y negro y en color, en miniatura y en mediana escala. También se recogen imágenes de su propia familia: su bebé, el perro, la casa, que Billingham ha retratado con cámaras de medio formato, cámaras baratas desechables, cámaras panorámicas tanto en alta como en baja resolución.

Todas estas obras forman una colección de imágenes de gran belleza que en conjunto muestran que Billingham es un consumado pictorialista, un artista con un asombroso talento para descubrir una nueva belleza y humanidad en el más común de los temas fotográficos.

Madrid. Richard Billingham. La Fábrica Galería.

Del 8 de septiembre al 23 de octubre de 2010.

Mirada pausada y limpia

Richard Billingham estudió Bellas Artes en la University of Sunderland. En 1995 obtuvo el Felix H. Man Memorial Prize y en 1997 el Citibank Private Bank Photography Prize. En el 2001 participó en el Artists Work Programme en el IMMA, Dublín, y fue finalista del Turner Prize. Sus primeras fotografías, tomadas inicialmente como bocetos o estudios para futuros cuadros, presentan escenas domésticas de sus padres, hermano o mascotas caseras, en un fiel reflejo de una estética de lo cotidiano.

Entre el documental y la ficción, entre lo heroico y lo tragicómico, Billingham aborda estereotipos sociales y psicológicos propios de la clase obrera británica. Con sus series posteriores, centradas en la horizontalidad del paisaje, natural y urbano, desde Etiopía a Norfolk, o, sobre todo, de su Cradley Heat natal en Daytime, 1997, y Black Country, 2003, presenta una mirada pausada, limpia, donde la inspiración pictórica, entre romántica y tenebrista, se evidencia en composiciones y encuadres.