Bajo el título El cartel europeo, 1888-1938, la muestra reúne 175 obras que ofrecen un recorrido por la etapa más creativa y trascendental de la historia del cartel en Europa, 50 años que ofrecen un relato sobre los orígenes de la publicidad.

Periodos muy significativos

Este proyecto se centra en periodos muy significativos del cartel: los inicios en los últimos años del siglo XIX con Jules Chéret y Henri de Toulouse-Lautrec como protagonistas; las primeras campañas publicitarias (Michelin con el dibujante O’Galop y Anís del Mono con Ramón Casas); la época de entreguerras, cuando convulsionaron las vanguardias; así como un apartado dedicado abiertamente a la vanguardia y al arte publicitario de aquellos momentos, que acabaron de configurar al cartel moderno. Entre los 175 carteles de 91 autores, el visitante conocerá, y en muchos casos reconocerá, obras muy representativas de cada década, que son fundamentales para una aproximación rigurosa, del espectador y del profesional, a la historia de lo que hoy se entiende como cartel.

Comisariada por el especialista Carlos Pérez, los carteles seleccionados proceden de algunos de los principales fondos de museos y colecciones particulares de Europa y Estados Unidos.

Esta exposición forma parte del programa Picasso 20 Miradas. Málaga, 20 años bajo la mirada de Picasso, una iniciativa que celebra el vigésimo aniversario de la exposición Picasso clásico, que fue el reencuentro del arte de Pablo Picasso con su ciudad natal y punto de partida del Museo Picasso Málaga, inaugurado en 2003.

Inicios y evolución

Aunque los orígenes de los anuncios públicos son confusos y complejos, el cartel como tal surgió en el París de Napoleón III, una ciudad recién reconstruida con grandes edificios y amplios bulevares. Sobre las paredes de esta nueva urbe aparecieron las estampas impactantes de Jules Chéret y Henri de Toulouse-Lautrec que, como señala el historiador John Barnicoat, constituyeron una forma artística nueva y vital, ya que emplearon su oficio como dibujantes y pintores en crear unas obras sobre papel. Éstas iniciarían una nueva vertiente del arte que contribuiría en gran medida a sentar las bases de la actual publicidad.

Los inicios del cartel estuvieron por tanto muy relacionados con la pintura. Del mismo modo, la gran capacidad de reproducción, motivada por los avances de las técnicas litográficas que permitieron la introducción sistemática del color, dio lugar a que rápidamente se extendiera su uso. Así, desde 1890, muchos artistas, siguiendo la estela de Chéret y Toulouse-Lautrec, trabajaron en la realización de carteles. Con esa dedicación pretendieron superar el lastre académico que había dominado en su formación y, al mismo tiempo, presentar sus obras directamente al público, al margen de galerías y museos, los tradicionales lugares que mostraban el arte.

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Periodo de entreguerras

Durante el período de entreguerras, el cartel evolucionó hasta alcanzar un gran desarrollo, casi siempre al servicio de la publicidad y de las ideas políticas, incorporando los notables avances tecnológicos en los procesos de reproducción gráfica y fotográfica. Fueron unas décadas en las que, tras una máscara de frivolidad, se pretendieron esconder las contradicciones y los problemas sociales, económicos y políticos que convulsionaron el panorama internacional.  En este contexto destacaron autores tan relevantes como Cassandre (Adolphe Mouron), Paul Colin, Jean Carlu y Otto Baumberger.

Durante esta etapa surgieron además propuestas abiertamente de vanguardia, derivadas de artistas adscritos a diferentes movimientos, como el constructivismo, el futurismo, el surrealismo o las fórmulas creadas en la Bauhaus, que marcaron el desarrollo del arte nuevo en estos años. Creadores como Vladímir Lébedev, Alexander Ródchenko, Gustav Klucis, Man Ray o Fortunato Depero se plantearon profundizar en las posibilidades que les ofrecía el cartel para difundir su obra. Asimismo, juzgaron que la publicidad era una valiosa herramienta para la educación y para vencer la extendida resistencia popular ante las nuevas ideas o los productos hechos a máquina.

El cartel moderno

Se creó así lo que se conoce como el cartel moderno, articulador de un lenguaje nuevo que, como describiría Cassandre: “No es ni pintura ni decorado teatral, sino algo diferente, aunque a menudo utilice los medios que le ofrecen una y otro”. El cartel se relacionó directamente con el arte de su tiempo, pues asimiló las innovaciones de la pintura, escultura y arquitectura y, a la vez, influyó en el desarrollo de estas disciplinas.

Los carteles seleccionados proceden de fondos particulares y de museos que conservan las más prestigiosas colecciones internacionales, entre los que se encuentran la Colección Merrill C. Berman y el Museum of Modern Art (MoMA), ambos de Nueva York, la Bibliothèque nationale de France en París, el Museo de Artes Decorativas de Praga, el Museo del Cartel en Wilanów de Varsovia, el Museum für Gestaltung Zürich, la Biblioteca Nacional Széchényi de Budapest, la Civica Raccolta delle Stampe Achille Bertarelli de Milán y la Colección Patrimonio Michelin. Entre los españoles, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) de Valencia, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) de Madrid y el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Málaga. El cartel europeo 1888-1938. Museo Picasso Málaga. 

Del 18 de junio al 16 de septiembre de 2012.

Comisario: Carlos Pérez.