A mediados de los años 70, García-Alix tomó su cámara y de forma casual empezó a mirar a través de ella la realidad que le rodeaba. Sin pretender serlo en el momento en el que fueron tomadas, estas primeras instantáneas se han convertido hoy en un testimonio que refleja con crudeza las consecuencias de una filosofía de vida y de la despreocupación y los excesos que se vivieron en aquellos años.

Esta primera etapa finaliza en 1986, cuando García-Alix decide dedicarse de forma profesional a la fotografía, pasa a utilizar el medio formato y transforma su trabajo en una búsqueda del sujeto en sí mismo.

Mirada fresca y descarada

Desde sus primeros negativos, García-Alix nos muestra una mirada fresca y descarada sobre su entorno, una realidad en la que está tan sumergido que engulle ese tiempo de reflexión que implica una mirada consciente. Lo más importante no era el hecho fotográfico, sino el momento que estaba viviendo, los encuentros, los paisajes de su juventud.

En los ojos que tomaron las fotografías de esta época, se destila una mezcla de inocencia y de búsqueda. Una búsqueda ansiosa que va poco a poco apoderándose de la imagen a medida que avanzamos hacia el año 1986, momento en el que Alberto García-Alix toma conciencia de su condición de fotógrafo. En esta última etapa, podemos observar composiciones mucho más buscadas, un mayor enfrentamiento con el sujeto. Un intenso encuentro que marcará el resto de su obra.

En esta muestra, patrocinada por la Fundación CajaMurcia, el artista muestra a través fotografías en blanco y negro y dobles diaporamas los encuentros, momentos y entornos de su propia juventud, que coincidió con una década marcada por los cambios sociales, políticos, estéticos y culturales.

Secciones de una exposición

I. Copias de nueva producción a partir de negativos originales. 
La primera sección es una amplia selección a través de la cual se construye una narración que traza los rasgos esenciales de la evolución fotográfica del artista en aquellos años. Desde sus primeras imágenes, más frescas e inocentes, a las últimas, más conscientes y construidas.

II. Fotografías de época (vintage). 
Es una selección de copias de época, rescatadas de los fondos del propio artista. Imágenes que trazan un arco íntimo hacia un terreno personal y que nos permiten, además, apreciar la evolución en el copiado en el laboratorio, parte fundamental de su mirada. Imágenes en general mas contrastadas, juegos con la imagen, con papeles que conservan la pátina del tiempo.

III. Dobles Diaporamas. 
La obra de García-Alix que recorre estos años es muy extensa y las posibilidades narrativas de su secuenciación son casi ilimitadas. En esta exposición proponemos al espectador un encuentro con su universo de una forma directa, a través de dos dobles diaporamas en los que las fotografías dialogan entre ellas y con el espectador, acompañados por la música original de su amigo Daniel Melingo.

 

Esas primeras imágenes, según García-Alix

“El tatuaje ‘No me sigas… estoy perdido’ define toda aquella década y por eso lleva ese título el libro. Para mi define en mi carne aquellos diez años…. Me reconozco ahí esos diez años. Me dice mucho de cómo fue y quién era yo”.

“Lo primero, para ser sincero, es mi pasado, lo veo, la gente que conocí porque yo siempre trabajé lo que era mi mundo más inmediato, más cercano. Hay fotos que no, pero en el fondo casi todos son amigos y gente muy cercana…”. “… son las primeras con las que aprendí. Aprendí a enamorarme de la fotografía haciendo esas fotos. El amor lleva un tiempo. Si no hubiera hecho esas fotos no me hubiera enamorado de la fotografía”.

“…fue una época muy seductora porque todo es un aprendizaje cada… A mí me gustabamucho la fotografía muy intuitiva en aquel momento, ahora es más consciente. Qué tipo de plano, qué tipo de luces … no son a pleno sol. Me doy cuenta de que es un trabajo que lo miro y tiene un halo triste”. “Luego, hay mucha gente que ya no está aquí, que ha muerto y, entonces, recuerdas con mucho amor… El amor también lo reflejan las fotografías”.

“La única diferencia es que entonces no tenía conciencia del acto fotográfico como tengo hoy día. No tenía tanta conciencia porque al principio era un hobby, no sabía que iba a vivir de eso. Los deseba a pero no tenía conciencia. En el texto (de la publicación que acompaña la muestra) se ve el despertar de la conciencia como fotógrafo”.

 

Murcia. No me sigas… estoy perdido 76-86. Espacio AV.

Del 16 de junio al 30 de julio de 2010.