En estos años, Schommer realizó varias series de retratos –individuales y en grupo– que han alcanzado hoy la categoría de crónica visual de la Transición, en especial las dedicadas a los líderes políticos de las primeras y segundas elecciones democráticas, así como a personalidades de la Iglesia, la economía, la justicia y el ejército de aquel período. Se incluyen además sus dos reconocidas series Descomposición del franquismo y Desmontaje, montaje y consolidación.

SCHOMMER_la_transicionAlberto Schommer (Vitoria-Gasteiz, 1928) es uno de los fotógrafos españoles de mayor renombre nacional e internacional. Su maestría como retratista ha sido la faceta que más fama le ha proporcionado a lo largo de su extensa carrera. Desde 1966 ha trabajado el llamado “retrato psicológico”, logrando plasmar verosímilmente la personalidad de sus modelos rodeándolos de cuidadas escenografías.

En el laboratorio

A partir de los años setenta, la calidad que alcanzaron sus obras de estudio –especialmente los retratos de personalidades de la vida pública– le convirtieron en un autor reconocido por la crítica y de gran popularidad. A ello contribuyeron igualmente sus colecciones de paisajes urbanos de Nueva York, Shanghái, Madrid, Roma, Sevilla, etc.

Aunque su maestría como retratista ha sido la faceta que más fama le ha proporcionado a lo largo de su extensa carrera, Schommer también ha experimentado en laboratorio nuevas vías de expresión para la fotografía artística: alterando, por ejemplo, las tonalidades del blanco y negro –sus Paisajes negros– o con innovaciones técnicas que mezclan escultura y fotografía –la “cascografía”–. Su obra, expuesta en las principales capitales del mundo, se ha editado en más de treinta publicaciones.

La clave del Yo

Por Vicente Verdú (del catálogo de la exposición)

SCHOMMER_la_transicion_2“Hace tres décadas, cuando aparecieron publicadas estas fotos, la impresión más relevante fue el estupor. ¿Cómo había osado Alberto Schommer a tanto? ¿Cómo había podido ridiculizar a los jerarcas, fueran militares o eclesiásticos, jueces o políticos, sin ser ajusticiado?

El truco de Schommer consistió en hacerles creer que, en efecto, la cámara había perdido la cabeza por ellos y cuando su petulancia los atontaba del todo, él pillaba: los pillaba en escorzos inverosímiles, en posiciones psicológicas hilarantes, en actitudes circenses. No se detuvo ante nada: ante tanta destrucción y ante tanta diversión. Hizo de niño travieso en la narración de escenas inocentes y de monja aviesa en montajes de beatitud. Todo ello para conseguir, de un lado, el gran scoop periodístico del tiempo y, de otro, retales del alma humana cubierta de uniforme o chapada de billetes de banco.

Con todo, ésta es la obra munífica de un fotógrafo, un poeta y un vividor sigiloso. O también la producción de un egotista que usó como llave de paso para abrir el caudal de la Historia, la añagaza del yo propio y el grueso yo de los demás. Personajes entonces de su tiempo, personajes ahora, aquí, de Alberto Schommer».

Vitoria. La Transición. Archivo Histórico Provincial de Álava.

Hasta el 21 de agosto 2011. 

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