Según informa Borja Hermoso en el diario El País, el conjunto será expuesto de forma rotatoria durante un período mínimo de 15 años. La idea de Polo es ir donando obras y, al final («si todo se hace bien»), ceder a España su colección completa sin contrapartida económica alguna. Además, Polo donará a España parte de su rica biblioteca personal sobre temas relacionados con la historia y la teoría de las artes plásticas del siglo XX.

La Colección Polo se centra, por un lado, en las vanguardias históricas del centro, este y norte de Europa y EE.UU., muy poco representadas en las colecciones españolas, y recorre desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. En su nómina de artistas figuran, entre otros, Laszlo Moholy-Nagy, Karl Schmidt-Rottluff, Oskar Schlemmer, Kurt Schwitters, Max Ernst, George Vantongerloo o Paul Joostens. También pintores y escultores vivos de la escuela estadounidense, como es el caso de Larry Poons, Martin Kline, Ed Moses, Karen Gunderson o Melissa Kretschmer, así como del arte belga actual, casos de Jan Vanriet, Mil Ceulemans o Werner Mannaers.

Descendiente de gallegos emigrados a Cuba y exiliado desde los ocho años en EE.UU. (aunque desde 2007 reside en Bruselas), el artista, historiador, filántropo, coleccionista y marchante buscaba una sede estable para su colección. «Que venga a España es un sueño, estoy feliz», apunta en declaraciones a El País. «En agosto haré 66 años y ya uno llega a un punto en el que quiere echar raíces y dejar un legado».

Ante la imposibilidad de poder exhibir al tiempo las alrededor de 7.000 obras de su colección, Polo enviará una selección de unas 500 –la mitad iría a Toledo y la otra mitad a Cuenca– que con posterioridad irán rotando, dando entrada a otras piezas de la colección.

Entre las 250 obras que podrán contemplarse en el Convento de Santa Fe a partir previsiblemente del verano próximo habrá un número fijo de piezas que permanecerán expuestas de modo estable. Serán las pertenecientes a Schmidt-Rottluff, Schlemmer, Schwitters, Moholy-Nagy, Max Ernst y a otros protagonistas de las vanguardias históricas europeas, y conformarán el núcleo de la colección. Este conjunto abarcará desde finales del XIX hasta la actualidad.

Las obras que viajarán al Archivo Provincial de Cuenca se centrarán sobre todo en el período de los años 50 y 60, estableciéndose así un paralelismo internacional con las colecciones del Museo de Arte Abstracto. La sede conquense abrirá sus puertas más tarde, probablemente a finales de 2019 o inicios de 2020.