El documental, triunfador en los Premios César 2014, narra la proeza de Jackson (11 años, Kenia), Carlitos (11 años, Argentina), Zahira (12 años, Marruecos) y Samuel (13 años, India). Cuatro jóvenes que, al margen de sus procedencias y culturas diferentes, comparten la misma avidez por aprender.

Los desafíos

Sus historias conmueven por los desafíos que deben sortear para acceder a la educación: la distancia, la discapacidad y la discriminación.

Jackson recorre cada mañana con su hermana Salomé (6 años) los 15 kilómetros que le separan de su escuela. Nada más y nada menos que dos horas de carrera a través de tierras peligrosas rodeadas de elefantes y otros animales salvajes… Con toda naturalidad, este héroe keniata confiesa que prefiere morir en el camino que no tener educación.

Desde los 6 años, hace ya cinco largos, Carlitos va a la escuela a caballo cada mañana, atravesando las planicies y vadeando los ríos y las montañas de la Patagonia en un recorrido de 18 kilómetros que le lleva, con su hermana menor Micaela, desde su hogar en los Andes al colegio.

Luchando contra las voces que no ven apropiado en Marruecos que las niñas vayan a la escuela, todos los domingos Zahira recorre más de 22 kilómetros para llegar desde su pueblo situado en el Atlas a la escuela-internado, donde reside hasta el viernes junto con sus dos amigas Zineb y Noura.

Un viaje largo y pesado que puede aliviarse en parte cuando, una vez llegadas a la carretera, algún conductor benévolo se apiade de ellas y acceda a acercarlas al pueblo en el que está instalado el colegio.

En este muestrario de proezas, Camino a la escuela nos traslada al golfo de Bengala (India) para narrar la historia de Samuel y la de sus dos hermanos menores. Paralítico a causa de la polio, Samuel se sienta en una destartalada silla de ruedas que deben empujar cada mañana sus hermanos para recorrer los cuatro accidentados kilómetros que le separan del aula. Primer paso para alcanzar su sueño de ser médico, «y poder curar a las personas a las que les ha pasado lo que a mí».

Origen inesperado

Al explicar el origen del documental, su director, Pascal Plisson, explica que «la película nace de un encuentro inesperado que me conmovió profundamente. Un día, mientras yo estaba en el Lago Salado de Magadi (Kenia), por necesidades de una película, vi a tres jóvenes que llevaban una bolsa extraña en el cinturón. Cuando les pregunté qué era, uno de ellos se adelantó y con mucho orgullo sacó una flamante pluma, pizarra y una tiza. Jadeante, me dijo que estaba de camino a la escuela. Hacía dos horas que había dejado el pueblo y corría hacia la escuela bajo el sofocante calor. He viajado mucho y he conocido muchos niños alrededor del mundo; cerca de la carretera, en la sabana, en la jungla, pero hasta ese día, nunca había sido consciente de las proezas que estos niños deben realizar para tener acceso a una educación».

Camino a la escuela forma parte de un proyecto educativo y social más amplio que pretende concienciar de la importancia de la educación para las generaciones futuras, así como facilitar el acceso a ella a todos los niños y niñas del planeta. Además, el proyecto pretende generar debate sobre cuestiones como el descubrimiento de nuevas culturas, la importancia de la educación, la solidaridad o la discriminación entres sexos. Temas todos que la película aborda.

En ese contexto, una exposición fotográfica titulada Caminos a la escuela. 18 historias de superación ha precedido en Madrid y Barcelona el estreno del documental y complementa la película con los testimonios de jóvenes de otros 13 países del mundo.

Esta iniciativa colabora con la ONG Sur le Chemin a l’école, creada por los productores franceses de la película con el objetivo de garantizar la educación de los protagonistas de Camino a la escuela.

Además, la recaudación íntegra de la venta futura del DVD de la película en España será donada al Comité Español de UNICEF.

Camino a la escuela CartelCamino a la escuela
Dirección: Pascal Plisson
Guion: Marie Claire Javoy y Pascal Plisson
Intérpretes: Jackson Saikong, Zahira Badi, Samuel J. Esther y Carlitos Janez
Fotografía: Emmanuel Guionet
Francia / 2013 / 75 minutos