A partir del siglo XVIII, lo oriental es visto no solo como un estímulo para la imaginación creadora sino como una forma moderna de enfrentarse a la vida. Se trata de un Oriente sin límites precisos, incluso a veces imaginado, que responde tanto a una necesidad de nuevas fuentes de inspiración artística como a la atracción por lo exótico como algo diferente y extraño.

Un retrato de grupo de Johan Zofanny, realizado en India a una familia de funcionarios de la Corona británica o uno de los ‘cuadros turcos’ de Antonio Guardi con escenas de la vida de la corte en Constantinopla, dos obras de estética oriental de Eugéne Delacroix, además de dos escenas femeninas de influencia japonesa de William Merrit Chase o la representación de un harén de August Macke, son algunas de las obras que componen este juego de miradas cruzadas sobre Oriente

1979.24Madrid. Orientalismos en las colecciones Thyssen-Bornemisza. Museo Thyssen-Bornemisza.

Del 11 de septiembre al 11 de noviembre de 2012.