Algunos militantes surrealistas, entre ellos Luis Buñuel, se afiliaron entonces al Partido Comunista, liderado por la Comintern, que en 1935 trocó sus ideales revolucionarios por la defensa de la Unión Soviética de la amenaza de Alemania y Japón mediante los Frentes Populares interclasistas y antifascistas.

Buñuel sirvió a esta causa política hasta su exilio estadounidense en 1938, a causa de la trágica agonía de la República Española. Comprensiblemente, siempre eludió reconocer con posterioridad aquel compromiso político, tanto para evitarse problemas como residente en Estados Unidos (pese a ello, los tuvo), como para evitárselos a su familia residente en España bajo la dictadura de Franco y para poder visitar su propio país.

Este libro aporta una cuantiosa e inédita información documental sobre las actividades de Buñuel en aquella década trágica, en el cine y fuera de él, y traza un revelador panorama de su paisaje político-cultural.