Una selección de más de ochenta obras en la que las fotografías más recientes dialogan, mediante saltos temporales, con otras piezas del pasado, prestando especial atención a obras inéditas que permiten contextualizar mejor al autor y su creación.

En palabras de García-Alix, Un horizonte falso es “un mundo de presencias alteradas atrapado en un instante de eterno silencio. Lo visible es aquí metáfora de sí mismo y de un pensamiento. Pensamiento como revelación alimentada en un monólogo que se tensa sobre un horizonte. Un horizonte falso…”. La fotografía es ese “horizonte falso” en el que nos zambulle, capaz de distorsionar la realidad a través de abstracciones, deformaciones, metáforas visuales o de potenciarla con emociones vitalistas o mórbidas, presencias y ausencias.

Alberto García-Alix. Autorretrato Escondido en mi miedo. 2009.

Alberto García-Alix. Autorretrato Escondido en mi miedo. 2009.

A través de los diferentes impactos de cada imagen o secuencia y, más allá, en la pieza en vídeo leitmotiv de toda la muestra, García-Alix conduce a una narración en primera persona. Su propia voz guía a través de microrrelatos que nos trasladan a San Carlos, una ciudad de luces y sombras; el ‘jardín perdido’ y sus alegorías orgánicas; los ‘olvidados y mártires’, retrato de una generación de supervivientes y caídos; y ‘Rocinante’, la motocicleta vista como una montura abstracta de velocidad y desequilibrio.

Un horizonte falso se mostró en la Maison Européene de la Photographie de París y llega ahora a Tabacalera actualizada por su autor, por lo que se pueden ver imágenes de su más reciente producción, como parte de su serie fotográfica sobre la metáfora de la motocicleta.

Esta muestra ha sido organizada por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.