Comisariada por Gabriela Salgado, la exposición reúne una decena de obras de fotografía, vídeo e instalaciones concebidas entre 2004 y 2017 a partir de los ejes temáticos sobre los que gira su producción: la mujer, el poder, la dictadura, opresión, las migraciones o el exilio.

Su trabajo se articula como un cuestionamiento humano y feminista de la opresión impuesta por el poder. En sus obras hay vínculos con su crítica a la dictadura de Alfredo Stroessner que vivió en Paraguay, reconocida como la más larga de América Latina.

La artista enfoca su trabajo en torno a cuestiones de género e identidad y uno de los núcleos centrales de su trabajo es la violencia contra las mujeres. Sus creaciones se enfocan sobre el cuerpo de la mujer como receptor de la violencia implícita en el sistema patriarcal, el feminicidio o la invisibilidad de las personas que se ven obligadas a emigrar. La mujer migrante es una temática también frecuente en su producción, quizás porque casi todas las mujeres de su familia lo han sido a lo largo de las últimas décadas. Su relato biográfico explica el constante empleo del cuerpo de la mujer como espacio y escena desde donde hablar.

Ahondar en las huellas

La experiencia que la artista vivió en su país durante la dictadura es la que le ha llevado, en palabras de la comisaria, a “ahondar en las huellas dejadas por el estado de excepción y su cancelación de los derechos civiles que hoy vemos prolifera a nivel global, junto a la normalización de la militarización, la fragmentación de poblaciones y la impunidad del poder, que promueven un estado de dictadura expandida y neoliberalismo económico de efecto altamente destructivo”.

El proyecto expositivo, precisa Salgado, “toma como sustento teórico el pensamiento del filósofo camerunés Achille Mbembe, y en particular las ideas exploradas en su reciente libro Critica de la razón negra. Ensayos sobre el racismo contemporáneo. En este ensayo, el autor define la resistencia a la influencia de la ‘necropolítica’ como la lucha de los cuerpos por hacerse visiblemente presentes frente a la producción de ausencia y silencio impuestos por poder, porque el poder hoy funciona produciendo ausencia: invisibilidad, silencio, olvido”.

La fotografía fue el primer medio de expresión de Casarino, si bien en su producción reciente es menos frecuente. En la actualidad emplea prendas de vestir de tejidos como el algodón o el tul, materiales vinculados a la historia de su país, con los que crea esculturas e instalaciones. El algodón ha sido y es la principal materia prima paraguaya de exportación.

El empleo del tul se ve reflejado en obras como Uniforme, 2008, o El abrazo, 2017, que forman parte destacada de la exposición. En todo caso, la artista trabaja también con tejidos de algodón artesanal y vincula sus piezas a discursos sobre la colonia, el cuerpo femenino y el patriarcado. El hilado y el tejido son el sustento principal de muchas de las mujeres de su país, que no sólo lo han usado para su propia vestimenta sino que también lo comercializaban.

Otros materiales o técnicas

La temática de la colonización la ha abordado también desde otros materiales o técnicas. En una de las obras más recientes que se exhibe en el CAAM, Contrafuga, 2017, trabaja con grabado en latón y vídeo y propone una reflexión sobre el traslado actual de las personas que nacieron en regiones colonizadas y procuran encontrar un horizonte en los países que alguna vez ocuparon su territorio.

La pieza Puente Kyha, 2013, es producto de reflexiones sobre la migración de mujeres de origen rural de Paraguay, principalmente a Buenos Aires. Y en la obra Prácticas de tránsito, 2015, a través de dibujos hilvanados con delicados hilos de algodón, refleja un conjunto de imágenes de espacios que emplean inmigrantes irregulares para entrar en otros países, ya sea un camión o el fondo del tapizado de un coche.

La exposición incluye también el registro fotográfico de su performance Después de vos, 2007, en la que aparece muy elegante vestida, peinada y maquillada haciendo la limpieza de baños de un bar en Asunción. Es una pieza que trabaja la cuestión de la labor doméstica, asignada históricamente a la mujer.