Serra ha abierto nuevos caminos a la escultura –impensables hasta sus propuestas– dimensionándola con la arquitectura. Sus profundas convicciones, unidas a la manifestación física de su obra, de dimensiones cada vez más poderosas y siempre al límite de lo posible, hacen de él un artista admirado y, como tal, controvertido. Representante del minimalismo de las décadas de 1960 y 70, evolucionó pronto por un camino extremo y totalmente personal.

Pocos escultores contemporáneos han sido tan solicitados como Serra para concebir esculturas públicas y confrontar su obra con la arquitectura que las rodea o el entorno natural donde son instaladas después de una meticulosa meditación y estudio sobre su ubicación, peso y dimensión.

España

De padre mallorquín, quizá ese origen explique en parte su intensa y fecunda relación con España desde la década de 1980. Guillermo de Osma ha trabajado anteriormente con él en la instalación en España de dos importantes obras: su tamaño y peso hacían imposible exponerlas en el espacio de la galería, pero están incluidas en el catálogo de la exposición. En estas esculturas, la idea del equilibrio en tensión se materializa por su proeza técnica.

Three unequal elevations (1981) está formada por tres bloques de acero forjado dispuestos en el espacio a seis metros de distancia. Es un ejemplo del arte minimalista donde se propone la participación activa del espectador mientras formula una relación entre escultura y espacio a través de las sensaciones transmitidas por la materia, el volumen, la masa y el peso. En esta redefinición del espacio es fundamental el papel del espectador, para el que es imposible ver y sentir la escultura sin desplazarse a su alrededor o por su interior.

Gracias a la colaboración del artista, la galería ha podido recuperar una de sus piezas históricas, Step (1982), una de las primeras en integrar una colección española (Hachuel). Tiempo después, Serra comienza a dar importancia a los ángulos, que pueden funcionar como soporte estructural de las planchas, como es el caso de Five Plates Counter Clockwise Pentagon (1987), que se encuentra instalada actualmente en el Palacio de Miramar de San Sebastián.

Consulta el catálogo de la exposición, con introducción de Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim Bilbao, y un ensayo de Asier Mendizábal.

Sobre papel

El dibujo ha desempeñado un papel crucial en la trayectoria de Serra durante más de cincuenta años pero, sin embargo, no ha sido tan reconocida como su práctica escultórica. En estas obras utiliza una mezcla de óleo en barra (paintstick), pigmento negro y cera que funde con calor y aplica con presión, una técnica que les dota de una materialidad que desdibuja los límites de la pintura y el dibujo.

En la muestra destacan Federal Plaza I (1984), dibujo que hace referencia a su controvertida escultura Tilted Arc: una plancha de acero de 37 m de largo y 4 de alto que estuvo instalada en el Federal Plaza en Manhattan y cuya retirada fue motivo de un importante debate público y de un proceso judicial fruto de los cuales en 1990 se legisló la ley de protección de los derechos de los artistas sobre sus obras.

Son también especialmente interesantes Tujunga Cut (1982) y Bilbao Jungle (1983), que evocan a la escultura Bilbao (1983), que realizó para su primera participación en una exposición en España, titulada 5 arquitectos / 5 escultores (1983). O C.C. IV y C.C. VIII (1983-84), sobre su escultura Clara Clara (1983), que se encuentra en las Tullerías en París. Y el más temprano de ellos, Untitled, de 1975, que evoca a la escultura Sight Point del Stedelijk Museum de Ámsterdam.