Con Viejos tiempos, estrenada en 1971, el Nobel británico Harold Pinter (1930-2008) reinventa su forma de escribir y lo hace a partir de obras previas más cortas y experimentales, Landscape y Silence. Aquí el peso no recae tanto en la trama como en sus personajes, en la interrelación existente entre ellos y en los secretos que esconden. Conversaciones cruzadas con medias verdades en las que se intuye el peso de los errores cometidos, de la envidia y de los celos y que a menudo transcurren ajenas al desconocimiento de un tercero que intenta prevalecer sin éxito.
Ernesto Alterio, Marta Belenger y Mélida Molina dan vida a los tres personajes de esta obra, Deeley, Anna y Kate. Personajes que evolucionan con brillantez en un juego de silencios y frases cortas de las que se sirven como armas arrojadizas que tan pronto seducen tan pronto hieren, sangran y mueren. Un juego de equilibrios entre personajes muy complejos con escenas cautivadoras y elegantes como la del recuerdo de viejas canciones de juventud o el delicado contraluz en el momento del baño de Kate.
Escenas armónicas y sugerentes que transcurren en el salón de una distinguida casa de campo donde viven Deely y Kate, un matrimonio aparentemente tranquilo y un tanto desgastado. La visita de Anna, con la que Kate compartió apartamento 25 años atrás en un Londres lleno de vida y nuevas experiencias, alterará esa impostada paz.
Beatriz Argüello dirige esta obra que puede verse hasta el 13 de abril en el Teatro de la Abadía de Madrid. 90 minutos para abandonarse en la butaca, dejarse llevar y hacer volar la imaginación deleitándose con cada gesto, con cada frase y todo bajo una luz tenue que consigue una atmósfera envolvente y acogedora.
Eso sí, conviene acudir en buena compañía porque, sin lugar a dudas, Viejos tiempos despierta la imperiosa necesidad de compartir posibles interpretaciones en un intento de llegar a una respuesta clara y contundente que, adelantamos, no llegará. Y aunque puede recurrirse a ChatGPT, allí, afortunadamente, tampoco se hallará consuelo. Y es que, como dice Anna: «Hay cosas que recuerdo que a lo mejor nunca pasaron, pero, como las recuerdo, ocurren de verdad»
Viejos tiempos
Para Beatriz Argüello: «La atracción que produce Viejos tiempos reside en el secreto que esconde. En el misterio no tanto de la trama, como de sus tres protagonistas. Pinter disecciona en este magnífico texto a tres personas complejas que luchan por encontrar espacios comunes en los que reconstruir un pasado borroso e inarticulado donde las palabras no tienden puentes, sino que levantan muros apenas comunicables llenos de ferocidad y violencia. Tres transeúntes del tiempo, tres soledades que guarda cada una un secreto. Quizá sea el mismo en los tres… quizá el misterio del tiempo no solo les envuelva a ellos mientras los observamos desde el patio de butacas…».
Estreno absoluto
Texto: Harold Pinter
Dirección: Beatriz Argüello
Reparto:
Ernesto Alterio
Marta Belenguer
Mélida Molina
Producción: Entrecajas Producciones | Teatro de La Abadía
Duración: 90 minutos
De martes a sábado: 20.00 h
Domingos: 19.30 h