La convocatoria, dirigida a artistas españoles de entre 18 y 35 años, se abría a propuestas que abordaran la figuración desde perspectivas técnica y visualmente innovadoras, en el marco de la pintura y la escultura. Este certamen se ha fallado ahora, y tanto las dos obras ganadoras como las cuatro que han recibido una mención de honor, junto con otras 18 seleccionadas también por el jurado, se exhiben hasta enero en una exposición en el Museo comisariada por su director, Juan Manuel Martín Robles.
El jurado —formado por Andrés García Ibáñez, artista y presidente de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino; Fco. Javier Pérez Rojas, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, y Juan Manuel Martín Robles— decidió conceder los dos premios del certamen, dotados con 3.000 euros cada uno, a:
Premio Fundación de Arte Ibáñez Cosentino
Isaac Expósito Casado (Jaén, 1994), con Mis padres (2025). Óleo sobre tabla, 106 × 128 cm.

Isaac Expósito explica así su obra: «Mis padres, como el resto de mi obra, surge de la necesidad de representar mi entorno más cercano; de aproximarme a la realidad de un modo austero, sin adornos, intentando ser lo más fiel posible a lo representado y tratando de lograr la mayor corrección y exactitud formal posibles. La imagen representa una escena típica de mi entorno: mis padres, en el salón de la casa familiar, en una posición que, aunque denota lo que está sucediendo —están siendo retratados por mí—, se muestran en una pose ordinaria, completamente habitual, como interrumpidos en el discurrir diario que conforma mi imagen de ellos. Esa escena que, siendo cotidiana, al mismo tiempo, en una escala temporal amplia, se vuelve fugaz y mutable. Esto motiva, a mi juicio, el impulso inexplicable de fijar no solo en la memoria, sino también en una obra, esta escena que un día, por los propios avatares de la vida, no será. Guardar las sensaciones, los sentimientos y el estado de conciencia presentes en mí en momentos como estos, que se suceden a diario como eternos, infinitos y, por ello, anodinos, pero que, llegado un momento en que ya no sean repetibles, la ausencia los convertirá en irrepetibles y esenciales».
El jurado ha seleccionado esta obra por «su defensa de lo clásico y su fidelidad a la verdad en el retrato. El equilibrio entre realismo y contención emocional convierte la pintura en un testimonio de la verdad humana, un reflejo del tiempo detenido en la mirada y el gesto. El jurado valora su sobriedad, su oficio y su respeto por la tradición pictórica, cualidades que otorgan a la obra una dignidad y una honestidad que trascienden la moda».
Premio Diputación de Almería
Diego Vallejo García (Ávila, 1991), con Silencio azul (2025). Óleo sobre lino, 100 × 150 cm.

Silencio azul continúa la temática de la obra de Diego Vallejo García, en la que se retrata a su propia generación a través de la luz, los gestos y la actitud de los personajes, despojados de su identidad individual. Esta obra transcurre en un interior en el que aparecen dos figuras. El espacio no es un lugar reconocible, sino un escenario suspendido entre lo íntimo y lo teatral. Cada elemento está dispuesto para intensificar la tensión entre la calma y el movimiento.
El desorden y la luz acentúan esa sensación de que no se trata de un lugar concreto: el territorio ambiguo de una generación retratada en su fragilidad; escenarios desordenados, gestos que son a la vez cotidianos y teatrales, luces que convierten la intimidad en representación. Un espacio que no se habita, sino que se interpreta.
La escena está iluminada con una luz fría, azulada, símbolo de calma. Aparecen tres puntos rojos que crean contraste y tensión cromática, y nos dirigen visualmente hacia el centro de la composición: el corazón del cuadro. Una figura aparece en primer plano, irrumpiendo en el espacio e introduciéndonos en la escena. Esa entrada rompe el silencio y desestabiliza la calma del segundo personaje, que aparece sentado al fondo. Al hacerlo, nos recuerda que toda calma es precaria, que todo descanso está expuesto a la irrupción de lo inesperado.
Las preguntas «¿Por qué corre? ¿Dónde están?» es el motor de la obra: no hay una respuesta cerrada, sino la invitación a que cada espectador complete el relato desde su experiencia.
El jurado «reconoce en esta obra un lenguaje contemporáneo y juvenil que desafía las convenciones tradicionales de la pintura realista. El artista demuestra una sensibilidad hacia las estéticas actuales, donde lo cotidiano se mezcla con lo cinematográfico y lo emocional se traduce en gestos y atmósferas. Esta pieza ha destacado por su frescura visual, su audacia narrativa y su capacidad de conectar con un público joven, invitando a la interpretación y al diálogo con el presente».
Menciones de honor
Además, el jurado ha decidido otorgar cuatro menciones de honor a:
Marta Cano Delgado (Granada, 1998), con Soñadora (2025). Modelado en barro, reproducción en escayola, 93 × 83 × 44 cm.

Pepe Domínguez (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1997), con La vergüenza. Óleo sobre lienzo, 146 × 114 cm.

Virginia Bersabé (Sevilla, 1990), con La cortina (2018). Óleo sobre lienzo, 137 × 107 cm.

Maite Pinto Zangróniz (Logroño, 1993), con Silken whispers (2025). Aguafuerte y aguatinta, 29 × 21 cm.

El MUREC tiene como objetivo principal mostrar la evolución del arte realista en España desde 1900 hasta nuestros días mediante la exposición permanente de obras de los principales representantes de las distintas escuelas, estilos y tendencias vinculadas al realismo español contemporáneo. Con esta nueva convocatoria reafirma su compromiso con la revitalización del realismo y la figuración, proporcionando a los jóvenes creadores un escaparate único para impulsar sus carreras y enriquecer el panorama contemporáneo.
Los 24 elegidos

Tras evaluar las obras de los 144 candidatos menores de 35 años, los miembros del jurado han seleccionado a los siguientes artistas para participar en la exposición colectiva del certamen:
Paula Alicia (Madrid, 2004)
Manu Barba (Ciudad Real, 1990)
Adriana Berges (Madrid, 1992)
Virginia Bersabé (Córdoba, 1990)
Marta Cano (Granada, 1998)
Rosa Cano (Granada, 1997)
Pepe Domínguez (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1997)
Alexia Mariana Escobar (Almería, 1992)
Isaac Expósito (Úbeda, Jaén, 1999)
Alfonso del Moral (Murcia, 1992)
Mateo Hurtado (Torreperogil, Jaén, 1989)
Juan Jesús Lobato (Ubrique, Cádiz, 1989)
Paula López (León, 1999)
Martín Luengo (Salamanca, 1999)
Pedro Alfonso Méndez (Madrid, 1991)
Miguel Nieto (Madrid, 2003)
Ondina Oliva (Figueras, Girona, 1991)
Héctor Palacios (Madrid, 2002)
Maite Pinto (Logroño, 1993)
José Antonio Rivero (Sevilla, 1995)
David Urazán (Barcelona, 1994)
Eduardo Urdiales (Roquetas de Mar, Almería, 1998)
Diego Vallejo (Ávila, 1991)
Nacho Vergara (Albacete, 1990)














