Liu Xia (Pekín, 1959) es poeta, pintora, fotógrafa y una de las artistas más destacadas de la China actual. Su trabajo fotográfico en blanco y negro está influido por la caligrafía, la fuente histórica de todas las artes plásticas de su país. Ahora, el Castell de Montjuïc de Barcelona acoge hasta el 24 de marzo la exposición La fuerza silenciosa, en la que presenta 26 fotografías vetadas en su país y hechas entre 1996 y 1999, periodo durante el cual su marido, el escritor Liu Xiaboo –Premio Nobel de la Paz del año 2010, silla vacía– fue internado en un campo de reeducación.

Las fotografías de Liu Xia –que fue puesta bajo arresto domiciliario sin cargos ni juicio en el momento de la concesión del premio a su marido– tratan precisamente sobre la libertad de expresión. Estas imágenes sólo se podían ver en privado y en Internet hasta la inauguración de esta exposición, que comenzó su itinerancia por el mundo en octubre de 2011 en Boulogne-Billancourt (Francia). Liu Xia realizó este trabajo con una pobreza de medios extrema: un viejo aparato de modelo ruso fabricado en China en los años setenta y ausencia de luz artificial.

Condenados

Liu Xiaobo cumple una pena de 11 años de prisión por «incitar a subvertir el poder del Estado». Fue condenado en diciembre de 2009, tras un juicio de dos horas, por seis artículos que escribió entre 2005 y 2007, y por participar en la redacción de la Carta 08, pedir firmas para ella y publicarla en la web. La Carta 08 pide protección para los derechos humanos universales y reformas democráticas en China. El tribunal la consideró «difamatoria» y un intento de incitar a la subversión. En los seis artículos en los que se basaba también la condena, Liu Xiaobo criticaba la corrupción, la censura y el gobierno unipartidista, y propugnaba el establecimiento de un sistema democrático multipartidista.

Su esposa, Liu Xia, se encuentra bajo arresto domiciliario ilegal en Pekín desde que se anunció la concesión del Premino Nobel de la Paz a Xiaobo. En una de las raras ocasiones que se han podido comunicar por teléfono con ella, en febrero de 2011, le comentó a un amigo que sentía abatida, que no podía salir de casa y que habían tomado como rehenes a toda su familia.