Las principales obras de este equipo legendario se efectuaron durante los años sesenta y setenta, destacando la Unidad Vecinal de Absorción (UVA) de Hortaleza (1963), el Centro de Restauraciones Artísticas en la Ciudad Universitaria (1965) –la célebre «Corona de espinas», hoy sede del Institut del Patrimonio Cultural de España (IPCE)– y las viviendas para el Patronato de Casas Militares en la calle Alberto Aguilera (1967-1975), todos ellos en Madrid. En los años ochenta, Miró se incorporó a la docencia de Proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

El edificio del IPCE fue inaugurado en 1985 y declarado Bien de Interés Cultural en 2001. De planta circular, se caracteriza por una potente estructura de hormigón armado y una gran transparencia espacial, cualidades que lo convierten en uno de los mejores ejemplos de la arquitectura orgánica en España. En este edificio se encuentran desde 1985 los talleres, laboratorios y demás departamentos del Instituto, que realiza unas 300 intervenciones anuales.

 

Adelantado del posmodernismo

El inmueble del IPCE está construido en hormigón armado visto, inscrito en un círculo de 40 metros de radio y dividido en 30 gajos principales que en la crujía exterior se parten en dos. Está distribuido en cuatro plantas circulares, todas ellas conectadas verticalmente por medio de escaleras y ascensores. La circulación horizontal para recorridos a pie se efectúa a través de dos anillos concéntricos internos. Hay un tercer anillo en el exterior del edificio por el que está permitida la circulación rodada de camiones para facilitar el acceso de las obras de gran tamaño directamente a los talleres de doble altura. Se puede encuadrar, como casi toda la obra de Higueras y Miró, dentro de un organicismo tardío y expresionista y es considerado como un adelantado del posmodernismo. Forma parte de las obras más significativas de la arquitectura española contemporánea.

 

Texto de Javier Boned Purkiss

Artículo de Santiago Amón (Nueva Forma, 1-6-1971)