Por un lado, la justicia española recuerda que Saramago tenía su domicilio en la localidad de Tías (Lanzarote), donde estaba empadronado, poseía tarjeta de residente en España y recibía ingresos de entidades españolas. Por otro, sus abogados, en representación de su viuda, Pilar del Río, recuerdan que abandonó Portugal en 1993 cuando el Gobierno luso se negó a presentar El Evangelio según Jesucristo a un premio de la Unión Europea, pero que siempre mantuvo los vínculos con su país: allí viven su hija y sus nietos, allí fue candidato a las elecciones europeas en 1999 y allí se creó en 2007 la Fundación José Saramago.