En Andalucía, los acusados buscaban, extraían y manipulaban los objetos arqueológicos de diversos yacimientos antes de ser subastados en internet o vendidos directamente a coleccionistas.

Entre las piezas confiscadas se encuentran puntas de flecha, monedas romanas y medievales, fíbulas de origen romano, pendientes y hebillas visigodas, hachas de piedra pulimentada, estelas con inscripciones en árabe, columnarios, exvotos, etc.

También se han recogido diversas máquinas y herramientas, entre ellas 18 detectores de metales, utilizadas para la comisión de los delitos, y gran cantidad de documentación y material informático, utilizado por los autores para planificar los expolios.