Influenciados por el neodadaísmo, la filosofía oriental de meditación y la música de John Cage, los integrantes de Zaj desarrollaron una experiencia compleja que terminó cuestionando los límites del propio medio.
Música de acción
Su música de acción pronto abrió nuevos horizontes donde el resto de artes y campos estéticos tuvieron cabida y terminaron por fundirse. Esa proximidad con el mundo heterogéneo de la performance y la acción teatral, llamó la atención de la artista y musa del grupo Esther Ferrer, Premio Nacional de Artes Plásticas el año pasado, quien desde 1967 empezó a ser parte activa en Zaj.
Aún se recuerdan hoy sus polémicas acciones en Madrid, así como su pronta apertura (algo forzada por la represión franquista) a círculos internacionales en la década de 1970. Pese a todo, Zaj terminó estableciéndose como un señero impulso colectivo de artistas y creadores experimentales.
Como no podía ser de otra manera, se ofrecerá en la inauguración la pieza Natura Morta de Walter Marchetti, interpretada por Arturo Moya Villén.
Madrid. Zaj. Colección Archivo Conz. Círculo de Bellas Artes (CBA).
Hasta el 22 de marzo.



Desde el 5 de febrero y hasta el 22 de marzo se expondrán algunos de los trabajos más importantes de Zaj, agrupación musical española de vanguardia que se consolida en 1964 por iniciativa de los españoles Juan Hidalgo y Ramón Barce y el italiano Walter Marchetti. La muestra, organizada por el Círculo de Bellas Artes de Madrid (CBA) y el Archivo Conz en colaboración con Hospress, está formada por treinta serigrafías cedidas por Francesco Conz (coleccionista y estrecho colaborador del grupo) y un amplio número de fotografías que testimonian las acciones más importantes del colectivo.












