Picasso Black & White. La primera parada de la ruta es en la calle 89, en el Upper East Side, donde el Guggenheim acoge esta muestra. Mediante una paleta minimalista se muestra la continua obsesión del pintor por la línea y las formas, desarrollando un lenguaje pictórico casi escultórico en sus piezas bidimensionales. En esta exposición puede encontrarse su conocida versión de Las Meninas, después de Velázquez (1957), varios estudios para esculturas de Marie Thérèse Walter (1932), o El atelier de la modista (1926). Aunque esta exposición no contiene demasiadas sorpresas, resulta razonablemente interesante y es capaz de llevar al espectador desde sus bocetos a carboncillo a las grisallas y óleos, siempre en los mismos valores del blanco y negro que determinan el propio valor estructural de sus imágenes. Hasta el 23 de enero.

Faking it. Manipulated Photography before PhotoShop. Tan sólo unas calles más al sur, adentrándose ligeramente en Central Park, se encuentra el Metropolitan Museum. La exposición del museo que más nos interesa en este momento y que, además, esta a punto de clausurarse, es Faking it, una muestra sobre el retoque fotográfico de imágenes, que resulta ser casi tan antiguo como la fotografía en sí misma. Está dividida en siete secciones donde se exponen ejemplos de los retoques y manipulaciones con fines políticos, creativos, lúdicos o, incluso, los primeros experimentos comerciales con Photoshop. Las piezas datan de 1840 a 1990, cuando el retoque digital fue sustituyendo al manual de los negativos y las copias en papel. Esta exposición itinerante, comisariada por la especialista Mia Fineman, se puede disfrutar hasta el 27 de enero.

Richard Artschwager! El Whitney Museum expone las proyecciones de Trisha Baga: Plymouth Rock 2 hasta el 27 de enero; no obstante, la que sí es indispensable es la segunda retrospectiva que celebra este museo del escasamente comprendido Richard Artschwager. Su trabajo se centra en la experimentación con la escultura, la pintura y el dibujo, fundamentalmente. Son esos ensayos con distintos medios los que lo dotan de un estilo único. Arstchwager expuso por primera vez con 42 años en la galería de Leo Castelli y desde entonces su estilo multidisciplinar y elocuente se ha abierto camino en gran número de galerías por todo el mundo. Desviándose de la Quinta a Madison Avenue, los espectadores pueden sorprenderse con esta original exposición organizada por el Whitney Museum of American Art y la galería de arte de la Universidad de Yale, pero sólo hasta el 3 de febrero.

Mantegna to Matisse: Master Drawings from the Courtauld Gallery. La muestra de la Frick Collection, también en la Quinta Avenida como el Guggenheim o el Metropolitan pero a la altura de la calle 70, contiene la gran mayoría de dibujos de la Courtauld Gallery de Londres. Gracias al apoyo de un amplio número de fundaciones filantrópicas de la ciudad de Nueva York y al patrocinio del Federal Council on the Arts and the Humanities, se ha podido llevar a cabo esta exposición sin precedentes. En primer lugar, por el extraordinario nivel de artistas reunidos: Leonardo da Vinci, Durero, Rubens, Rembrandt, Watteau, Gainsborough, Goya, Turner o Picasso, entre otros. En segundo lugar, porque se trata de una exposición única ya que estas obras no suelen abandonar la galeria británica. Mantegna to Matisse permanecerá abierta hasta el 27 de enero.

Escultura, vídeo y diseño que inquietan al espectador. Cerca del Hotel Plaza, del Apple Store y del límite sur de Central Park, el MoMA tiene un catálogo de exposiciones abrumador. No obstante merece la pena acercarse en estos días a disfrutar de algunas exposiciones a las que les quedan pocas semanas. Alina Szapocznikow: Sculpture Undone, 1955-1972 muestra sus esculturas en poliéster de distintas partes del cuerpo humano, a veces transformadas en otros objetos, evocando inquietantes imágenes surrealistas y de arte pop. Las piezas de esta artista polaca no dejarán al público indiferente. Por otra parte es necesario destacar las proyecciones de 24 horas de duración, The Clock, hasta el 21 de enero, por Christian Marclay, ganador del León de Oro de la Bienal de Venecia 2011. También la exposición de diseño Born out of Necessity, que pretende mostrar soluciones a problemas cotidianos e imaginarios a través del diseño. Únicamente hasta el 28 de enero.

Beatrix Potter: The Picture Letters. En Midtown, hasta el 27 de enero, se puede visitar la exposición sobre la ilustradora y escritora Beatrix Potter. Aunque únicamente se dedicó a los cuentos infantiles, la destreza de esta artista autodidacta no escapa a los espectadores de la muestra. La Morgan Library & Museum destaca ocasionalmente por la originalidad de sus exposiciones y la brillante disposición de su contenido, en este caso 22 cartas ilustradas, dotadas de contexto con libros, impresiones y dibujos, reunidos gracias a los fondos de la propia Morgan, de coleccionistas privados, del Victoria and Albert Museum de Londres y de la Cotsen Children´s Library de la universidad de Princeton. Todos ellos demuestran sin duda el talento de la autora que en ocasiones puede considerarse demasiado acaramelada para nuestro tiempo pero que sigue siendo una de las grandes ilustradoras contemporáneas.

Hard. El perfecto final de la ruta lo proporciona el New Museum. Para ello habrá que trasladarse a la Avenida Bowery, en la frontera de Nolita con el Lower East Side. El universo de Rosemarie Trockel y de Judith Bernstein proporcionan sendos ejemplos aparentemente divertidos e hilarantes y, sin embargo, profundamente inquietantes. En el caso de la retrospectiva de la primera artista se han reunido sus obras más representativas de los últimos treinta años, junto con objetos que marcaron profundamente su estilo y su manera de ver el mundo. Por otro lado, Bernstein aprendió en sus años de universidad a interpretar los grafitis de los lavabos masculinos como una llamada al subconsciente. En recuerdo a estos grafitis, su obra se caracteriza por gigantescos dibujos de destornilladores biomorfos (en relación con la expresión «being screwed»), vehículo de su defensa de los derechos de la mujer y la conexión que la artista encuentra entre las agresiones sexuales y los conflictos armados. El título Hard (Duro) tiene connotaciones claramente sexuales y, lo que podría ser simplemente un juego, se convierte en una crítica de grandes proporciones al militarismo y al machismo. Tanto Rosemarie Trockel: A Cosmos como Hard permanecerán abiertas hasta el 20 de enero.

Ya sólo queda esperar a febrero para ver con qué nos sorprenden los grandes museos de cara a la primavera.