Los éxitos iniciales en la trayectoria del pintor se producen en Figueres y, sobre todo, en Barcelona. La Ciudad Condal, en tanto que ciudad abierta a la modernidad y en plena efervescencia social, política y cultural, interesa a Dalí también como fuente de temática pictórica. Tampoco debe obviarse la relación del pintor con el entorno cultural y literario catalán de mediados de los años veinte. Por un lado, la yuxtaposición de rasgos clásicos y cubistas refleja el difícil equilibrio entre novecentistas y vanguardistas en la Cataluña del momento.

Planos lisos y abstractos

En los cuadros de Dalí se mezclan con naturalidad los planos lisos y abstractos del último cubismo con las representaciones neoclásicas: el personaje masculino de Venus y un marinero es una silueta lisa y espectral, mientras que en Homenaje al Noticiario Fox el cambio de proporciones, la figura doble del marinero y los perfiles superpuestos de las dos cabezas introducen una dimensión de carácter futurista.

Por otro lado, Venus y un marinero (Homenaje a Salvat-Papasseit), 1925, está dedicado al poeta fallecido en 1924. Un poeta que, ya en su primer libro, Poemes en ondes hertzianes, deja muy clara su fascinación por Marinetti, los futuristas italianos y, más aún, por Apollinaire.

La obra plasma un mundo moderno, donde el cine y el género documental (con el Noticiario Fox como medio) son reivindicados por un Dalí presurrealista. Un Dalí que afirmaba, con Sebastià Gasch y Lluís Montanyà, que el cine era una industria y no debía incluirse dentro de las bellas artes: «El perfeccionamiento del cine obedece a un proceso netamente y estrictamente industrial y anónimo. Su belleza y poesía antiartísticas son un resultado de estandarización absolutamente paralela al de las otras industrias: el auto, el avión, el fonógrafo, etc., etc.» y enaltecía al Noticiario Fox (así como a los documentales científicos) a la categoría del cine cómico del momento.