Especializado en la emisión constante de imágenes que se van superponiendo una encima de otra, en algunos casos sin ninguna relación aparente, Coleman analiza en sus vídeos una serie de temas que han ido llamando su atención a lo largo de su carrera, como la denuncia social, el individualismo de la sociedad capitalista, las ruinas de Italia, la soledad o la degradación del hombre.

«Es un artista de artistas, ha influido muchísimo en toda una generación de autores que han utilizado la imagen y dispositivos de representación». Así define a Coleman el director del Museo Reina Sofía y comisario de la muestra, Manuel Borja-Villel: «Coleman es el artista más difícil. Su obra se escapa constantemente, se escapa al contenido, a una lógica formal… es una estructura abierta que cuestiona la propia representación, cuestiona cómo se crean las imágenes, el papel del espectador. Es uno de los artistas que menos exposiciones individuales ha tenido pero que, sin embargo, ha estado presente en los eventos artísticos más importantes de las últimas décadas».

Coleman estudió en Dublín y trabajó en Londres y París antes de mudarse a Milán, donde desarrolló su carrera artística durante veinte años antes de regresar a la capital irlandesa. Su obra forma parte de importantes colecciones internacionales, como el Museo Irlandés de Arte Moderno de Dublín, el Museo Ludwing de Colonia, el Stedelijk Museum voor Actuele Kunst de Gante, y el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA). Recientemente, tres de sus piezas se han incluido en la colección del Museo Reina Sofía.

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Madrid. James Coleman. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Hasta el 27 de agosto de 2012.