El recorrido se inicia con tres esculturas y un dibujo con una clara influencia de sus antecesores novecentistas y sigue con varias piezas muy representativas de las etapas expresionista y abstracta. La exposición también incluye obras de la etapa llamada de la «nueva figuración», período muy cargado de elementos simbólicos y en el que se consolida el análisis de las dualidades y de las oposiciones.

Referencias arquitectónicas

De los últimos años hay una serie de obras de carácter metafísico, a menudo con referencias arquitectónicas, que otorgan una gran capacidad expresiva al vínculo que se establece entre los elementos tridimensionales y los componentes alegóricos.

Para la comisaria de la exposición e hija del artista, Judit Subirachs-Burgaya, esta exposición es una «reflexión en torno a sus mecanismos de identidad, que contrapone lo figurativo con lo abstracto, la forma con el símbolo y la vida con la muerte».

El juego del dualismo

En definitiva, contrastes de estilos y yuxtaposiciones de materiales y modelos definen la personalidad de Subirachs hasta tal punto que el juego del dualismo –figurativo-abstracto, forma-símbolo, innovación-repetición, pintura-escultura– se convierte casi en el emblema, en su marca de fábrica.

De esta forma se intenta reivindicar y redescubrir la larga y prolífica trayectoria de Subirachs, una producción con más de mil obras que a menudo ha quedado eclipsada por su trabajo en la fachada de la Pasión del templo barcelonés de las Sagrada Familia (es el autor de los grupos escultóricos y de sus puertas de bronce).

Ya sea por la magnitud, por la singularidad o por las apasionadas polémicas que ha suscitado, la intervención del escultor en el templo que desde hace décadas se está construyendo en Barcelona ha dejado en segundo lugar el resto de su producción, diluyendo la incidencia de sus innovadoras aportaciones a la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX.

 

Huella en el espacio colectivo

Aun tratándose de una selección, es muy difícil sintetizar una producción que supera de largo el millar de obras, sobre todo si tenemos en cuenta que algunas de las más significativas fueron concebidas vinculadas a la arquitectura y al urbanismo. El arte de Subirachs está en la calle, en el metro, en fachadas e interiores de edificios civiles y religiosos, en tiendas, en jardines. Su personalidad se refleja tanto en el monumento como en la pequeña escultura, en el gran mural como en la medalla. La selección de obras que se exhibe en esta exposición muestra otra dimensión de este artista público que ha dejado su huella fuertemente marcada en el espacio colectivo. Se trata de obras de pequeño o mediano formato, realizadas en la intimidad de su taller, al margen de las dependencias que originan las obras de encargo.

 

Zaragoza. Subirachs. Analogías, dualidades, oposiciones (1949-2009). La Lonja.

Del 15 de septiembre al 31 de octubre de 2010.

Comisaria: Judit Subirachs-Burgaya.