Centrada exclusivamente en su obra de juventud, la muestra, patrocinada por la Fundación BBVA, abarca el periodo comprendido entre 1615, aproximadamente, cuando Van Dyck contaba 14 años de edad, hasta su marcha de Amberes a Italia en octubre de 1621.

Durante estos ocho años de producción temprana, Van Dyck pintó unos 160 cuadros, muchos de ellos obras de gran tamaño y ambición creativa, de los que el Prado posee el conjunto más importante.

La muestra permite estudiar en profundidad la carrera del joven artista y poner de relevancia que su talento precoz se manifiesta no sólo en la cantidad, sino también en la calidad de sus obras. Incluso de no haber pintado más que los cuadros de esta etapa temprana, Van Dyck sería uno de los pintores más importantes del siglo XVII.

Notables ejemplos

El joven Van Dyck cuenta con notables ejemplos de cómo este talento precoz le permitió pintar obras maestras de gran originalidad, como El Prendimiento (Museo del Prado) y el San Jerónimo en el desierto (Gemäldegalerie de Dresde). En cuadros como La entrada de Cristo en Jerusalén (Indianapolis Museum of Art) o La Lamentación (Ashmolean Museum de Oxford) se muestra su faceta de pintor experimental que busca nuevos recursos para aumentar el impacto de sus cuadros en los espectadores.

Al margen de su trabajo propio, Van Dyck también trabajó para Rubens (1577-1640) y fue uno de los primeros pintores en enfrentarse a la abrumadora influencia de aquel, ejemplificada en obras como La coronación de espinas (Museo del Prado), en la que la aparición de figuras muy próximas a Rubens no impide apreciar nítidamente en otras la lucha del joven pintor por definir un estilo propio.

Madrid. El joven Van Dyck. Museo del Prado.

Del 20 de noviembre de 2012 al 3 de marzo de 2013.

Comisarios: Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700) del Museo del Prado, y Friso Lammertse, conservador del Boijmans van Beuningen Museum de Róterdam.