Ahora, los abogados de Koons han presentado una demanda por plagio a dos compañías –la empresa fabricante con sede en Toronto Imm-Living y la galería de arte de San Francisco Park Life que ha puesto a la venta unos sujetalibros con la forma del clásico globo infantil de toda la vida al módico precio de 30 dólares (22 euros)– argumentando que se trata de copias ilegales de sus famosas esculturas.

Indignación y regocijo

La noticia de la demanda ha provocado una mezcla de indignación y regocijo. Indignación porque la reclamación de propiedad intelectual significa que Koons está tratando de asegurarse los derechos de autor sobre todos los perros-globo del planeta y regocijo porque huele a pura hipocresía. Después de todo, Koons –creador de la escultura floral con forma de perro que preside la entrada al Guggenheim de Bilbao– ha sido demandado en cuatro ocasiones por la violación de derechos de autor, perdiendo tres de los casos.

Casi la totalidad de su obra más famosa se basa en una evidente apropiación de objetos cotidianos o procedentes del imaginario de la cultura pop que fueron creados originalmente por otras personas, casi siempre anónima, como juguetes inflables, esculturas de porcelana o cursis tarjetas de felicitación que luego fueron vendidos a precios millonarios, como el caso de su escultura Blue Diamond, que alcanzó en subasta los 10,5 millones de dólares (7,6 millones de euros).

Los propietarios de la galería Park Life han devuelto el golpe al costoso equipo jurídico montado por Koons mediante la presentación esta semana de otra demanda –casi surrealista– en una corte federal en la que se afirma que es absolutamente imposible que ninguna persona pueda reclamar el derecho de copyright sobre una forma canina, menos aún si se trata de un clásico perrito para niños hecho con globos entrelazados.

«Nadie es dueño de la idea de un perrito hecho con globos»

El abogado de la galería ha comentado a los medios estadounidenses: «Como casi cualquier payaso puede dar fe, nadie es dueño de la idea de hacer un perro con globos y la figura creada por la torsión de unos globos dándoles forma de perro es parte del dominio público». El representante legal añadía que, además, «existen importantes diferencias entre los sujetalibros de su cliente y las esculturas de Koons, como, por ejemplo, que los de la galería de arte se fabrican en colores mate y las esculturas del artista son siempre realizadas en colores brillantes».

«Si te dedicas a reproducir algo que ya es común para todo el mundo, lo copias con un formato más grande y más brillante y lo vendes por un montón de dinero, ¿eso quiere decir que ya es tuyo?», se preguntaba recientemente el diario gratuito neoyorquino The Village Voice.