Esta profunda reforma, en la que se invertirán 1,9 millones de euros, afecta fundamentalmente a la planta 0 del Edificio de Sabatini y se ha desarrollado con el Museo abierto y a pleno rendimiento, pero también coincidiendo con la pandemia. El proyecto ha consistido en transformar unos espacios de uso interno en otros adaptados a los condicionantes tecnológicos de la museografía actual. Para ello se ha desarrollado una compleja red de instalaciones organizada en torno a una galería de servicios de más de 150 metros de longitud, lo que ha permitido integrar las soluciones técnicas más avanzadas respetando y recuperando la arquitectura original de hace 300 años.

Con la conclusión de este proyecto no sólo se generan nuevos espacios expositivos, sino que se facilita la comunicación entre los edificios de Sabatini y Nouvel. De hecho, un objetivo prioritario del proyecto fue poner en diálogo directo ambos edificios, ya que hasta la fecha no existía ninguna conexión en esa planta entre los dos inmuebles. Es más, se han incorporado nuevos puntos de enlace con los núcleos de comunicación verticales del edificio Sabatini para hacer que las futuras salas expositivas sean más accesibles.

La nueva estructura también contribuye a poner en valor la plaza de Nouvel y recuperar parte de los planes iniciales del proyecto de ampliación. El propio lugar forma parte de las salas al abrirse las mismas a la Ronda de Atocha. Con esta operación también se ha recuperado una de las puertas originales de acceso al antiguo hospital y que llevaba más de tres décadas tapiada.

Los trabajos de reestructuración y acondicionamiento que han afectado a toda la planta más baja del ala sur del edificio Sabatini (A0) comenzaron hace dos años por la esquina sureste, justo el mismo punto en el que hace 300 comenzaron las obras para construir el hospital.

Precisamente uno de los principales objetivos de esta reforma ha sido poner en valor el patrimonio arquitectónico del Reina Sofía. De esta forma se ha recuperado el alzado original de la fachada del edificio; se han rescatado los huecos históricos y se han recolocado las verjas originales del siglo XVIII. El interior de los espacios expositivos también respeta el ritmo de los huecos de la fachada y su continuidad en el desarrollo de las bóvedas históricas. También se ha querido volver el carácter original de las zonas que hacen 300 años eran espacios de circulación, al conectarlas con las escaleras existentes y recuperar su materialidad originaria.

Absolutamente singular

Con la recuperación de este nuevo espacio absolutamente singular, el Museo Reina Sofía ya está preparado para presentar el recorrido completo de la nueva Colección, fruto del trabajo de los últimos 12 años, cuando acaban de cumplirse los treinta de su nacimiento. A lo largo de su aún breve historia se han realizado varias reordenaciones parciales, algunas veces acotadas a determinadas salas o proponiendo nuevas lecturas de autores o periodos. Después de la de 2010, ahora la propuesta supone una relectura integral que afecta a la Colección al completo, incluyendo el arte más reciente desde la década de 1980 hasta hoy.