


—Poe, tengo que hablar contigo. —Dime Bioy. —¿Recuerdas cuando dijiste que escribiendo conseguimos que la gente crea en cosas irreales? —Sí, claro. —Pues efectivamente, aquello fue real....
—¿Ya terminó la obra, querida? —dijo mi esposo desde la cocina donde estaba preparándome una infusión. —Sí, amor—le dije desde la butaca en la que...
Ono, el joven oficial hijo de japoneses muertos por las secuelas de Hiroshima en la Segunda Guerra, pertenece ya al bando ganador: es ciudadano...
Al principio no dejábamos que jugaras. Cuando te acercabas y preguntabas ¿puedo jugar con vosotros?, te observábamos entre extrañados y risueños. Y mirábamos a...
Debí fotografiar la cara de asombro de mi cardiólogo tras aquella revisión. Hubiera quedado muy bien para ilustrar el caso en todas las revistas...
Cesé de sacar el agua de una manzana, estoy triste y no sé el motivo… un día más en la oficina de los eternos...
¿Lloras, mujer?... Eso en el cielo es un contrasentido. El paraíso es la felicidad plena y eterna. ¿Acaso lloras de felicidad?
Se me ha muerto. Ya está.
Mi vida siempre me ha parecido un poco fantástica. Nací y me crié en Camagüey durante el período más cruel de la dictadura, último...
El taller de los hermanos Reinoso, situado en el número 4 de la calle Dolores, se especializaba en la fotografía de muertos. Eran los...
Lalo Ferrer fue escritor de novelas policíacas y los camareros todavía le reconocían sin saber de qué (solían hablar de él cuando el bar...
Metódicos hasta lo obsesivo, una vez nació el unigénito, ella se sometió a una operación de ligadura de trompas y a él, para no...
Recorríamos un campo de girasoles por la Ruta 2, cerca de Mar del Plata, cuando mi hijo de siete años volvió a preguntarme por...
Se ve los pies: lleva un par de botitas café, mamá se las compró porque le gustaba que tuvieran crayolas de verdad a los...