Barenboim lleva desde 1992 al frente de la ópera estatal de Berlín y, en 1997, tras una batalla con una gran repercusión publica por conseguir más subvenciones, renovó su contrato hasta 2012. La Staatsoper se trasladó temporalmente al inicio de esta temporada al Schiller Theater hasta que finalicen las obras de remodelación del edificio, que se prolongarán una año más de lo previsto.