El traslado de la obra, titulada Homenaje a la paz y que flanqueaba el acceso sur a la capital de La Plana con la carretera de Almassora, finalizó en septiembre de 2010, después de cuatro años de trabajo y varias modificaciones del proyecto.

Escultor, primer sorprendido

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El escultor, que ha acudido al lugar a evaluar los daños, aseguró ser el primer sorprendido por la caída de su creación y afirmó: «A mí no me ha caído la escultura, se le ha caído al ingeniero».

Ripollés recalcó que siguió «fielmente el proyecto del ingeniero, que fue quien calculó el peso y resistencia e inspeccionó la evolución del trabajo». Al parecer, la obra debía estar diseñada para soportar vientos de hasta 150 kilómetros por hora.

El escultor tardó varios años en realizar esta obra, que está compuesta por, según sus propias palabras, «tres brazos en representación de las tres civilizaciones, la piel oriental hecha de cobre, la africana de hierro corten y la blanca de acero inoxidable», y «tres manos unidas de las que salía un vuelo de tres palomas».