El principal detenido había trabajado como electricista autónomo durante más de 25 años para la Catedral de Santiago y fue despedido tras falsificar un documento laboral para simular ser un trabajador fijo contratado por el templo. El sospechoso llegó a reclamar a la Catedral 40.000 euros por su despido improcedente y, a pesar de no trabajar ya en el edificio religioso, continuó yendo al templo diariamente y participando en algunas de sus ceremonias religiosas.

La Policía Nacional también ha localizado en los registros de cuatro inmuebles relacionados con los detenidos 1,2 millones de euros y varios libros religiosos antiguos procedentes de la Catedral de Santiago, entre los que se encuentra el Libro de Horas, cuya desaparición también había sido denunciada, así como ocho facsímiles del Códice Calixtino. Estos registros se realizaron en domicilios, garajes y trasteros en Santiago, O Milladoiro y Negreira (La Coruña), y O Grove (Pontevedra) que se prolongaron hasta las 4.30 horas de la madrugada de hoy.

Los cuatro detenidos permanecen en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago de Compostela a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas.

Guía para el peregrino

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El Codex Calistinus presenta el hecho, fundamental para Europa, de las peregrinaciones a Compostela y permite conocer las dificultades de las rutas, sus usos lingüísticos y sus costumbres, describe los paisajes y sus gentes, anécdotas, milagros del Apóstol y sermones.

Este códice está compuesto por cinco libros y dos apéndices, el primero y más extenso, denominado Libro de las liturgias; el segundo, de Libro de los milagros; el tercero, La traslación del cuerpo de Santiago a Compostela; el cuarto, Las conquistas de Carlomagno; y el quinto y último, Guía del peregrino.

El primer libro es de carácter litúrgico, el segundo hagiográfico, el tercero y cuarto de naturaleza histórica y el quinto, el que alcanzó una mayor celebridad, es una especie de guía para el peregrino.

Esta obra maestra cuenta con un total de 225 folios de pergamino escritos en las dos caras, con un tamaño de 295 x 214 mm. Salvo excepciones, el texto es siempre a una columna, con 34 líneas por página.

El Codex Calixtinus fue copiado por al menos cuatro manos, dos de ellas muy similares. Al autor principal se le conoce con el nombre de Scriptor I.

Facsímiles y discos

Del Códice Calixtino se han editado versiones facsímiles y en 2010 se publicó traducido al gallego y con portadas y capitulares obra de Francisco Leiro.

Además, la música que contiene ha sido objeto de estudio ya desde finales del siglo XIX; destaca la transcripción del musicólogo gallego José López-Calo. Además de admirar las miniaturas y maravillarse con las descripciones que contiene de la ruta de peregrinación, también se puede escuchar su música . De entre las grabaciones existentes resalta la llevada a cabo por el gallego Coro Ultreia, que en 1999 publicó la primera recopilación íntegra.

Un poco de historia

El manuscrito original constaba de 27 cuadernos: el primero era un quinión y el resto eran cuaterniones. Ya en época antigua se produjeron cambios en algunos cuadernos que alteraron la estructura del códice. Después, hacia el siglo XV, se perdió el folio 220, que originariamente iría en blanco y pertenecería al último cuaderno. También debió perderse un folio, también en blanco, que antecedía al actual folio 1. De ser esto cierto, el manuscrito llevaba, como era usual, el primer y el último folio en blanco sirviendo como guardas.

A esta estructura primitiva del códice se añadió, posiblemente en la encuadernación realizada a finales del siglo XII, un segundo apéndice (Apéndice II).

El libro IV fue separado del manuscrito en 1609, lo que suposo estropear los cuadernos 20, 21 y 24, siendo ambos volúmenes encuadernados por separado por Alonso Rodríguez León. Finalmente, el libro IV fue agregado de nuevo al manuscrito durante la restauración de 1966, lo que exigió varios arreglos. En la misma restauración se recortaron las hojas que eran más grandes y sobresalían del resto.

Las anotaciones marginales que los canónigos de Compostela dejaron en el manuscrito demuestran que el códice fue usado y leído ininterrumpidamente, al menos, hasta mediados del siglo XVI. Sin embargo, parece que a principios del siglo XVII el manuscrito dejó de interesar, cayendo en el olvido durante muchos años.

En la segunda mitad del siglo XIX, el manuscrito fue redescubierto por el canónigo archivero de la Catedral de Compostela, Antonio López Ferreiro. Sin embargo fue dado a conocer públicamente por el jesuita Fidel Fita y Aureliano Fernández Guerra. En 1879, se trasladaron a Santiago en un viaje de estudio y peregrinación. Al año siguiente, en 1880, publicaron un libro acerca de su viaje a Santiago (Recuerdos de un viaje a Santiago de Galicia), dedicando los capítulos X y posteriores a la descripción y estudio del Codex calixtinus. El libro incluía una fotografía del himno Dum Paterfamilias y una transcripción de su texto, así como varios versos del himno Ad honorem Regis summi.