También en esta ocasión las noticias son muy confusas. A las pocas horas del robo, el ministro egipcio de cultura, Farouk Hosni, declaró que la policía había confiscado la pintura en el aeropuerto de El Cairo, cuando una pareja de ciudadanos italianos intentaba sacarlo del país. Sin embargo, poco más tarde el propio ministro rectificó sus declaraciones, comentando que su anterior anuncio "se había basado en una información falsa y errónea", agregando que hasta el momento "las autoridades todavía no habían encontrado el cuadro desaparecido".

Escasas medidas de seguridad

El fiscal general Mahmoud Abdel-Meguid, por su parte, declaró a la agencia de noticias estatal que los ladrones utilizaron una navaja para retirar la pintura de su marco, culpando del robo a las medidas de seguridad del museo, a las que calificó como "débiles y superficiales en su mayor parte".

De hecho, especificó que en el momento del robo no funcionó ninguna de las alarmas previstas y que de las 43 cámaras de vigilancia instaladas en el museo únicamente siete se encontraban operativas. Comentó también que en su opinión, las rondas que realizan los guardias del museo todos los días a la hora de cierre son insuficientes y no cumplen los requisitos mínimos de seguridad para proteger obras de arte.

El fiscal general hizo hincapié en que su oficina ya había advertido a todos los museos de Egipto de la necesidad de aplicar controles de seguridad más estrictos, después de que durante el pasado año fueran robadas nueve pinturas de otro museo de El Cairo, el Museo Mohammed Ali, con problemas muy similares de falta de seguridad.