A lo largo de una trayectoria de más de seis décadas, Bourgeois creó un conjunto de obras rico y cambiante que va de la abstracción a la representación visceral de estados anímicos. De sus dibujos iniciales pasaría a hacer esculturas en diversos materiales, la mayoría con fuertes connotaciones sexuales y emocionalmente muy agresivas.

Las arañas

Sus esculturas monumentales de arañas, construcciones oníricas, son algunas de sus obras más conocidas. Una de ellas, Mamá (Maman, 1999), está instalada junto a la
fachada posterior del Museo Guggenheim de Bilbao.

Esta escultura de bronce aborda la cualidad dual de la maternidad: la araña emplea su seda
tanto para elaborar capullos como para atrapar a sus presas. Bourgeois
explora con esta instalación la complejidad de la mente humana
exorcizando públicamente sus demonios emocionales y recreando
poéticamente asociaciones infantiles en forma de un insecto gigante.

Bourgeois fue la primera mujer a la que el Museo de Arte Moderno de Nueva York
(MoMA) le dedicó una retrospectiva, en 1982. A lo largo de su prolongada y fructífera vida, fue amiga de muchos de los grandes del arte siglo XX, como Marcel Duchamp o Mark Rothko.