El camino es nuestro recoge una extensa antología de sus artículos, ensayos, diarios, cuentos y cartas que traslucen, tal como apuntan Nuria Capdevila-Argüelles, catedrática de Estudios Hispánicos y de Género de la Universidad de Exeter, y María Jesús Fraga, escritora e investigadora de la UCM, que se han ocupado de prologar y compilar el volumen, «el profundo humanismo de ambas y su amplio registro literario».

El acto de presentación, celebrado en la sede del Instituto Cervantes en Madrid además de con las antólogas contó con la participación de la escritora Almudena Grandes, el periodista Màxim Huerta, y Borja Baselga, director de Fundación Banco Santander. Todos ellos enfatizaron que Fortún y Ras formaron parte de la primera generación de feministas españolas con conciencia de grupo, mujeres todas ellas que vivieron entre la modernidad de las pujantes vanguardias y el peso de la tradición.

Como se apunta en la introducción del libro, ha llevado mucho tiempo rescatar la memoria de la mujer y de las intelectuales, escritoras y artistas españolas de vanguardia, enterradas en el olvido durante el franquismo, que contribuyeron decisivamente a la modernización política, social y cultural de España en las décadas que precedieron a la Guerra Civil, entre las que figuran en lugar destacado Elena Fortún, seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo, y Matilde Ras.

Mutua admiración

Amigas y admiradoras mutuas desde los tiempos del madrileño Círculo Sáfico de Victorina Durán, anterior a la Guerra Civil, este libro pretende glosar su figura como creadoras, rescatar su obra literaria y humanística, y ahondar en las auténticas dimensiones de la relación amorosa que mantuvieron, subrayó Nuria Capdevila-Argüelles, “un amor no exento de sombras, pero aun así excepcional y profundo”.

Su amistad se inició a través de las colaboraciones de ambas en la revista Blanco y Negro en los primeros años veinte del pasado siglo. Elena Fortún estuvo casada con un militar que escribía, aunque su marido acabaría por suicidarse en Argentina y su hijo muriese poco más tarde. Matilde Ras no; ni tuvo hijos.

Mucho más que ‘Celia’

Fortún fue una excepcional periodista y escritora, no sólo de narrativa infantil –conocida por el eterno personaje de Celia, tan influyente– sino de temas espirituales, sociales y comprometidos con un ideal de justicia y regeneración conectado esencialmente con los principios de modernización de la Generación del 14.

Esta postura de regeneración abarcaba lo femenino y el papel de la mujer en la sociedad como eje de su visión de la modernidad, tesis que sostuvo Elena Fortún en contra-argumentación al discurso de figuras como Ramón y Cajal o Marañón y, posteriormente, al de la líder del movimiento falangista Pilar Primo de Rivera.

“Ellas son los grandes fantasmas de la modernidad española”, señaló Capdevila, que concluyó afirmando con rotundidad que “la sociología de nuestro siglo XX y la historia de la literatura no estarán completas hasta que no hayamos incorporado un saber profundo sobre figuras como Fortún y Ras”.

Elena Fortún fue una mujer religiosa, aunque alejada del dogmatismo católico, defensora de los derechos de la mujer, en especial de la educación como medio de regeneración femenina. La popularísima Celia, de la que se rescatan en este volumen algunos textos no publicados en sus obras completas, le dio la fama, pero Fortún era mucho más, como glosó María Jesús Fraga, responsable también de la selección y anotaciones del volumen: «Afamada periodista, defensora de los derechos de la mujer y activista del primer feminismo español, además de comprometida con las injusticias de la época. En sus crónicas defiende el papel de la República, pero expresa con firmeza su ideología pacifista, su distanciamiento de la política y de la intransigencia de los partidos, y su deseo de mantener a los niños al margen de cualquier disputa política”.

Tras la Guerra Civil y su exilio en Argentina, volvió a España gravemente enferma. Corresponsal entusiasta, se carteó con Carmen Laforet, Esther Tusquets o Carmen Conde. Su continua búsqueda e interés en el ser humano y el más allá la llevó a interesarse por doctrinas y filosofías heterodoxas aunque al final será la espiritualidad cristiana la que le dé refugio último.

Material inédito

El camino es nuestro rescata material de Elena Fortún no aparecido en periódicos o revistas desde hace más de setenta años y un inédito incompleto, Nací de pie, texto en el que la autora se adentra en un área de su identidad con la que vivió en conflicto: su identidad de género y sexual.

Además, y entre otros muchos textos, se incluyen colaboraciones en el diario La Prensa de Tenerife en su columna Cartas a la mujer tinerfeña o sus famosos Por qué publicados en la revista La Moda Práctica que ahondaban en su vertiente mística y espiritual, y artículos escritos inmediatamente antes y en plena Guerra Civil que constituyen un testimonio muy valioso sobre la visión social de la escritora.

Del olvido

Por su parte, Matilde Ras es considerada una especialista de renombre mundial en grafología; sus manuales aún se utilizan. El volumen incluye dos análisis grafológicos dedicados a Azorín y a Menéndez Pidal, publicados en Blanco y Negro.

A pesar de ser polígrafa, traductora, especialista en El Quijote, ensayista y escritora de novela, teatro, guiones y artículos de prensa, una humanista, en suma, de cultura enciclopédica, no llegó a tener la notoriedad de Elena Fortún y murió en el olvido. Sus textos autobiográficos definen su parte más personal, sensitiva y lectora, ofreciendo uno de los mejores testimonios de intimidad de una mujer en los años treinta y cuarenta.

El libro presentado recopila también sus primeros cuentos publicados en la revista Estudio, sus ensayos sobre los personajes de El Quijote, una selección de relatos en forma de diálogos donde conversan personajes mitológicos sobre temas de la actualidad de entonces y el texto La búsqueda de sí misma, que se enmarca en la época de la primera posguerra (1941-43), durante el exilio de la autora en Lisboa, que fue publicado originalmente en edición muy limitada dada la escasez de papel en la época. Otros fragmentos, con el título de A la búsqueda del interlocutor perfecto, reúnen otras crónicas totalmente inéditas, escritas en otros viajes.

Parte común

El apartado central del libro representa la parte común del camino de ambas escritoras a través de la ingente correspondencia inédita que ambas mantuvieron durante años. La suya fue una relación marcada por la guerra, que les dio un periodo de feliz convivencia que el exilio acabó por truncar.

Después vendría un largo período de encuentros y desencuentros que se inició con una entrevista de Fortún a Ras publicada en la revista Crónica en 1936 y prosiguió con cartas como la que Fortún le escribe a Ras en 1937, tras perder ésta su casa como consecuencia de un bombardeo y ser acogida por la amiga.

Se incluyen finalmente otras escritas desde el exilio argentino, y una última, en la que Ras, ya muy enferma Elena Fortún, la invita y la acoge «con los brazos abiertos».

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El camino es nuestro
Elena Fortún y Matilde Ras
Introducción y selección de Nuria Capdevila-Argüelles y María Jesús Fraga
Colección Obra Fundamental. Fundación Banco de Santander
408 p
20 euros