Dicha demanda fue presentada ante el Tribunal Estatal Supremo de Nueva York por Kristyn Trudgeon, copropietaria de Retrato de una niña, del francés Camille Corot (1796-1875), contra James Carl Haggerty, el intermediario al que se encargó su venta. Un día después se descubrió que el otro dueño del cuadro, Tom Doyle –casualmente quien contrató a su amigo y ex compañero de trabajo Haggerty–, había pasado más de dos años en prisión en el año 2007 por robar una escultura de bronce de una bailarina de Degas.

Retirada y misterio

El abogado de Trudgeon, que asegura desconocía el pasado penal de Doyle, retiró de inmediato la demanda y la recompensa de 25.000 dólares ofrecida para quien facilitara información.

Pero el pasado de Doyle todavía depara más sorpresas. En la década de los noventa también fue sentenciado a 30 meses de prisión por robar libros en una biblioteca de arte en Kansas. En el año 2000 fue condenado a dos años de prisión y a pagar 118.000 dólares por robar joyas a una mujer  en el estado de Tenesee, aunque finalmente se libró de la pena.

De momento, lo que se sabe de este misterioso caso es que el pasado 28 de julio las cámaras de seguridad del hotel The Mark registran cómo Haggerty salía de sus instalaciones con el cuadro bajo el brazo. Al día siguiente, telefoneó a Trudgeon para comunicarle que desconocía lo que le había pasado al cuadro porque «había bebido demasiado la noche anterior».