El resultado final incorpora, en una compleja síntesis intermedial, componentes teatrales, musicales e instalativos que, en la interpretación propuesta por Niño de Elche, se descentran -explotan- a través de una pluralidad de voces orientadas simultáneamente tanto hacia la España de 1952 que vio nacer su obra, como a este 2020 en que el Museo acoge, en primicia, su presentación.

José Val del Omar comienza a componer Auto Sacramental Invisible en 1949. A modo de instalación sonora, concibe un dispositivo en perfecta articulación con un elaborado guion que distribuye minuciosamente el sonido (voces, músicas, ruidos diversos…) a través de 14 altavoces. Configura una propuesta estética que anticipa las reflexiones que ya en los años sesenta del siglo XX propiciarán la expresión «arte sonoro».

Eslabón perdido

Esta obra, prácticamente desconocida -solo llegó a presentarse en junio de 1952 de manera parcial y tentativa-, puede entenderse como una suerte de «eslabón perdido» dentro de la evolución estética valdelomariana. Auto Sacramental Invisible ayuda a explicar el salto del joven cineasta y fotógrafo, cercano al realismo documental y vinculado a las Misiones Pedagógicas, al Val del Omar, ya plenamente cinemista, abstracto y poético, que a partir de 1954 mostró, con su Aguaespejo granadino, ese opus magnum que es el Tríptico elemental de España. Desde la perspectiva actual cobra una especial relevancia el hecho de que esa evolución se canalizase a través de una reflexión estética vinculada, sobre todo, al sonido y su percepción.

La instalación Niño de Elche. Auto Sacramental Invisible: Una representación sonora a partir de Val del Omar forma parte de un conjunto de exposiciones que ha organizado el Museo para explicitar las interconexiones entre arte y sonido en diferentes épocas del reciente devenir artístico, como Disonata. Arte en sonido hasta 1980 y Audiosfera. Experimentación sonora 1980-2020.

– Publicación ‘Niño de Elche. Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar’

Heterodoxo

Niño de Elche. Fotografía: Joaquín Cortés / Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

Niño de Elche. Fotografía: Joaquín Cortés / Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

Niño de Elche es uno de los artistas más heterodoxos del panorama cultural nacional. Reconocido por su faceta principal como cantante, su trabajo engloba la búsqueda de nuevas propuestas para conseguir aunar disciplinas tan dispares como el flamenco, la performance, la música electrónica o el rock. De ahí sus colaboraciones con bailaores como Israel Galván, grupos de rock instrumental como Toundra o bandas como Los Planetas, con los que creó el grupo Fuerza nueva. Actualmente está inmerso en un proyecto global basado en la investigación del legado sonoro de Val del Omar, del que ésta relectura personal que presenta en el Reina Sofía es una parte destacada, un ejercicio donde no existe un tiempo que podamos extraer del pasado, una narración compleja en la que se cruzan la ambivalencia y la experimentación entre ambos autores -abundando en los excesos y resistiendo la tentación de fijar sus tiempos y significados- con la que imaginar el futuro.

Ficha artística

Proyecto: Niño de Elche

Equipo:
Miguel Álvarez-Fernández: guion, diseño sonoro y producción musical.
Lluís Alexandre Casanovas Blanco: contextualización histórica, guion y diseño arquitectónico.
Carlos Marquerie y David Benito: iluminación.
Juan Andrés Beato: ingeniería de sonido.

Archivo José Val del Omar:
Gonzalo Sáenz de Buruaga
Piluca Baquero


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